Bajó 46 kilos.
Hace casi 4 años que con la ayuda de Alicia mantengo mi peso saludable. Quiero contarles que no fue sencillo.
Desde mi niñez fui obesa. Mis compañeritos se burlaban de mí; todo lo que hacía les parecía ridículo. Yo me sentía mal, y hasta llegué a quedarme totalmente sola. Sufrí mucho.
En la adolescencia, a pesar de que siempre fui compulsiva, quise bajar de peso. Pero me atraían los métodos que me hacían bajar con pastillas, sin esfuerzo. Me quitaban el apetito y bajaba de 10 a 15 kilos en un mes. Entonces me sentía triunfadora, me alegraba porque los demás me veían linda.
Pero cuando llegaba a un peso más o menos bueno, paulatinamente recuperaba todo lo que había bajado. Lo único que me interesaba era bajar de peso rápido, sin pasar hambre, y comer de todo. Por eso concurría a distintos profesionales, sin reparar en honorarios ni gastos.
Cuando me sugerían que bajara sólo con dieta, pensaba que no podría. Gente bien intencionada me advertía que las pastillas no eran un método sano, pero yo no quería entenderlo.
Desde los 28 años mis niveles de glucemia, colesterol y triglicéridos estuvieron por las nubes. Consultaba a médicos clínicos, que me aconsejaban que bajara de peso sin tomar píldoras. Aunque me daban medicación para nivelar los valores alterados, insistían en que debía cambiar mi alimentación. No los escuchaba o, mejor dicho, no quería esforzarme por cambiar mi estilo de vida.
Hasta que varias personas que conocían a la licenciada Alicia Crocco me la recomendaron diciéndome que era un ser especial. Pensé que exageraban. Dejé pasar muchos meses. Aunque no me sentía bien, me costó convencerme de que debía hacer un cambio importante. Cada vez se acentuaban más las alteraciones de mis valores sanguíneos, me dolían las piernas y movilizarme me exigía un gran esfuerzo.
Por fin me decidí y fui a consultar a Alicia con cierta desconfianza, a pesar de lo bien que me habían hablado sobre ella. Me preguntó si estaba decidida a cambiar mi estilo de vida y le respondí: “Voy a tratar”. Recuerdo su expresión cuando me dijo: “Si no afirmas con seguridad que tu tratamiento va a ser exitoso, das lugar a la posibilidad de que fracase; no veo un compromiso de tu parte para tomar la responsabilidad de esforzarte por llegar a la meta”. Con el tiempo me di cuenta de que tenía razón.
En la primera entrevista quiso saber cuál era mi alimentación habitual, y yo enumeré la mitad de lo que realmente ingería. Ella, muy astuta, me dijo: “¿Quieres que te ayude? Entonces, dime tu realidad”.
Con el transcurso de las consultas pude comprobar que iba bajando de peso. En un principio no le hacía mucho caso a Alicia. Ella se daba cuenta, me tenía mucha paciencia y me aclaraba que debía modificar mis hábitos, que debía esforzarme cada vez más para instalar el objetivo en mi interior y no dejarlo escapar. Cada una de sus palabras me ayudó, con el tiempo y después de muchos vaivenes, a bajar 46 kilos.
Tanto mis hábitos alimentarios como mi estilo de vida cambiaron notablemente. Antes mi alimentación no incluía verduras; en el presente son mi mejor recurso, pues comprobé que si las consumo crudas me dan saciedad. Además, como lo que quiero; Alicia me indica en qué cantidad y con qué frecuencia puedo gratificarme con los alimentos que más me agradan. Aprendí a valorar la vida, a quererme, a cuidarme y a hacer ejercicios que me gustan: andar en bicicleta y caminar. Los practico como una necesidad básica, como bañarme o peinarme diariamente.
Quiero aclararles que me costó tremendamente llegar a este resultado. Tuve muchos obstáculos en el camino. Abandonaba, pero luego me acordaba del ánimo que me daba Alicia y volvía a las consultas.
Gracias a la modificación de mi estilo de vida, los exámenes de glucemia, colesterol y triglicéridos han recuperado la normalidad. Ahora, a pesar del tiempo transcurrido, sigo luchando con las tentaciones. Muchas veces aumento un poco, pero el valorar el esfuerzo que realicé para alcanzar estos resultados hace que me deje ayudar por Alicia y por la gente que me apoya. Tengo la plena certeza de que mi vida cambió y me siento otra. Si pude yo, que no me tenía confianza, ¿por qué no ustedes?
Quiero agradecer a Alicia, que me infundió deseos de luchar en la búsqueda de otras metas que me proponga, porque comprobé que pude concretar algo que me parecía imposible.
Comentario. Este testimonio fue extraído del libro La dieta positiva. Adelina continúa viniendo al consultorio de Belgrano (ciudad de Buenos Aires). Tiene muchos retrocesos, pero jamás deja de concurrir cuando llega el día y la hora de la nueva consulta. Su peso sigue siendo saludable y cada día se esfuerza por mantenerlo.
En sus recaídas le resalto cuánto ha bajado de peso, el esfuerzo que invirtió durante tanto tiempo, y le aconsejo que vea todo lo positivo que eso implica para su salud.
Logra mantenerse porque aprendió a dejarse ayudar y a escuchar a quienes la quieren bien. Ya hace seis años que se mantiene en su peso.