El Médico Bariatra David Montalvo Castro, Presidente del Colegio Mexicano de Bariatría, A.C, explica que dentro de la gran variedad de minerales que existen, se abordarán los beneficios y recomendaciones del Cromo, Magnesio, Zinc y el Selenio, que son muy importantes para la salud pero muy poco conocidos, al igual que la falta de ellos en nuestro cuerpo.
Nuestro organismo funciona correctamente gracias a múltiples sustancias presentes en él. Dentro de estas sustancias se encuentran los macronutrientes, como las proteínas, grasas e hidratos de carbono y los micronutrientes como las vitaminas y minerales.
De estos últimos, el Doctor David Montalvo Castro, Presidente del Colegio Mexicano de Bariatría, A.C., comenta que son elementos químicos que se encuentran en los alimentos, los cuales son necesarios para la conservación de la salud, por lo que el hombre los incorpora al organismo a través de la dieta.
El especialista explica que los minerales se clasifican en macroelementos, microelementos y oligoelementos, en relación a la cantidad necesaria requerida por el organismo. Si bien existen muchos minerales, hay algunos que se pueden denominar principales, es decir aquellos que son indispensables para el buen funcionamiento orgánico. Dentro de la gran variedad de minerales que existen, se abordará los beneficios y recomendaciones del Cromo, el Magnesio, el Zinc y el Selenio, que son muy importantes para la salud pero muy poco conocidos.
• El Cromo, es un oligoelemento, por lo que el organismo requiere una cantidad menor, siendo la Ración Dietética Recomendada (RDA), para los adultos de 50 a 200 mcg diarios. “Este mineral, es necesario en el metabolismo de los carbohidratos, grasas y proteínas, y además potencia la acción de la insulina. Los alimentos que lo contienen son: levadura de cerveza, granos enteros, hígado de ternera, muslo y pechuga de pollo, carne de res, mariscos, fruta fresca, vegetales, huevo, ostras, entre otros. El cuerpo no lo absorbe fácilmente, solo lo hace en un 2 al 10 % siendo alta su tasa de excreción. Es por ello que la carencia del cromo puede ocasionar enfermedades del corazón, trastornos metabólicos, diabetes, desnutrición proteico calórica en niños pequeños, intolerancia a la glucosa, alteraciones en la córnea y cataratas”.
El Médico menciona que en estos casos se recomienda el uso de suplementos de cromo inclusive, se les indica a mujeres embarazadas o que estén lactando. Agrega que en el mercado existen presentaciones de cromo que utilizan una base llamada Picolinato. Al respecto, sugiere evitar el consumo de estos productos, ya que el picolinato es ligeramente tóxico y su uso frecuente puede desencadenar una hepatitis (inflamación del hígado). La presentación recomendada es la que utiliza Nicotinato, pues esa es la forma como se encuentra el cromo en el cuerpo humano y se absorbe mucho mejor que el picolinato.
• El Magnesio es un macroelemento esencial para el organismo. Siendo mayores los requerimientos del mismo -de 280 mg a 350 mg por día-, ya que participa en muchos procesos vitales como son: duplicación del ADN, regulación de los niveles de azúcar en la sangre, interviene en el equilibrio hormonal y regeneración de los tejidos, previene los cálculos renales, actúa como laxante suave, ayuda a fijar el calcio y el fosforo en los huesos y en los dientes, protege de las enfermedades cardiovasculares, favorece el sueño y la relajación, entre otras funciones.
Los alimentos que lo contienen son: frutos secos, cereales, legumbres, levadura de cerveza, hortalizas y verduras crudas de hoja verde. De lo que comemos solo el 30-40 % es absorbido por nuestro cuerpo. El Bariatra informa que la carencia de este mineral es poco común y afecta principalmente a las personas que consumen alimentos procesados y una dieta pobre en nutrientes naturales, dentro de la personas más afectadas son: los alcohólicos, los que padecen de cirrosis hepática, los que presentan diarreas prolongadas, mala absorción intestinal, enfermedades renales, los que están bajo tratamiento diurético, los hipertensos, diabéticos, deportistas profesionales, y los que han sufrido una intervención quirúrgica.
Destaca que los síntomas ocasionados por la deficiencia de este mineral son: alteraciones gastrointestinales, trastornos menstruales, debilidad muscular, calambres, temblores, hormigueo, fatiga, somnolencia, irritabilidad, depresión, pérdida del apetito, por mencionar algunos.
• El Selenio es un oligoelemento, esencial pues previene el envejecimiento celular y la aparición de enfermedades crónicas como el cáncer y del corazón, es antioxidante, favorece el correcto funcionamiento del sistema inmune, de la glándula tiroides, participa en el metabolismo de lípidos y grasas y el crecimiento de cabello y uñas. Las fuentes de alimentos que lo contienen son : el cangrejo, el hígado , el pescado, las aves, la langosta, carne de vaca, pasta, huevo, queso cottage, pan integral, arroz blanco, nueces, leche descremada y trigo. La deficiencia de selenio se observa en individuos que presentan enfermedad de Chron, o después de una cirugía de estómago o intestino, durante las enfermedades agudas severas, los que padecen de fenilcetonuria, inmunodeprimidos, en la enfermedad de Keshan, enfermedad de Kashin – Beck, y en el cretinismo mixedematoso endémico.
“Los niveles altos de selenio en sangre (>100 mcg/dl) resultan en una condición llamada Selenosis, su incidencia es muy rara, salvo en accidentes industriales, los síntomas que puede ocasionar son: malestar gastrointestinal, pérdida del cabello, uñas quebradizas y con manchas blancas, aliento con olor a ajo, rash cutáneo, fatiga, irritabilidad, y anormalidades en el sistema nervioso. La dosis recomendada oscila de 2.1 mcg/d a 70 mcg /d según la edad”.
• El Zinc es un oligoelemento, cuya dosis diaria es de 3 a 15 mg por día. Interviene en el metabolismo de los carbohidratos, grasas y proteínas, así como en la síntesis de insulina, ARN, y el ADN, ayuda a controlar el crecimiento, el desarrollo sexual, la cicatrización de heridas, el mantenimiento de la piel, el pelo, las uñas y las membranas mucosas. Los alimentos que lo contienen son: carnes rojas, aves, mariscos, frijoles, frutos secos, cereales integrales y los productos lácteos. Por sus beneficios se utiliza en el tratamiento de la enfermedad de Wilson, del acné, la osteoporosis, la degeneración macular, en la prevención y tratamiento de las úlceras estomacales, entre otros.
“La carencia de Zinc se produce por la mala asimilación o por perdidas excesivas en sudor u orina, y también por un consumo excesivo de café y alcohol. Dentro de los síntomas que podemos encontrar por su carencia son: retraso en la cicatrización de heridas, dermatitis, problemas de próstata en hombres mayores de 45 años, trastornos menstruales, anemia, caída del cabello, infecciones, en niños retraso en el crecimiento entre otros. El exceso de este mineral es muy raro y se observa en personas expuestas a la inhalación de polvo de óxido de zinc, fundamentalmente en los trabajadores de la industria metalúrgica y los síntomas pueden ser: fiebre, tos, náuseas, inmunosupresión, alteración en el colesterol, y desequilibrios de minerales”, concluye el especialista.
Fuente: Colegio Mexicano de Bariatría, A.C.
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