Miremos hacia adelante, viviendo un presente lleno de ilusiones. Llenemos nuestra mente de imágenes, de pensamientos, que nos alienten a seguir caminos saludables, de empuje hacia cosas que nos den alegría en nuestro ser. Que podamos vernos tal cual somos, sin hacernos cargo de lo que los demás opinan de nosotros cuando son cosas desalentadoras. Que la luz divina brille para indicarnos si es el camino correcto y si no es así, poder pararnos y consultar al Altísimo si lo que estamos siguiendo es positivo para nosotros… Lo bueno hay que saber esperarlo, hay que trabajar en ello, esperando el resultado más brillante, si es cuando nos tomamos de la mano de Dios y estamos convencidos, más allá de lo que anhelamos que es para nuestro bien.