Minutouno preguntó: Hay chocolates, alfajores, barritas de dulce de leche, chicles, caramelos y hasta helados con la etiqueta “diet” o “Light”.
Pero, ¿hasta qué punto son realmente dietéticos?, ¿se pueden consumir libremente?
La licenciada en nutrición Alicia Crocco, hace su advertencia: “Las golosinas Light, reducidas en calorías, en grasas, en las cuales la industria disminuye el aporte de grasas o de hidratos de carbono, no son una opción que se pueda consumir libremente. Hay golosinas o alimentos que en las etiqueta dice ‘libre de azúcar’, ‘reducido en azúcar’ o ‘sin azúcar agregada’ que contienen polioles (alcoholes de azúcar), como sorbitol, manitol y xilitol, que también son fuentes de carbohidratos en un 50 por ciento y suministran calorías. Cada porción de estos polioles aporta 10 g de carbohidratos, en el caso de los diabéticos si consume más de 3 porciones diarias se debe calcular la cantidad de carbohidratos”.
“Una persona sana con un peso normal puede comer golosinas y dulces pero el punto es respetar una medida, comer en forma moderada y eventualmente estos alimentos. El exceso de estos productos con alta concentración de hidratos de carbono (azúcares) puede provocar también caries, pérdida del apetito y eventualmente diarrea y gases –explica Acebal-. Siempre es mejor una fruta que una golosina, las frutas son ricas en vitaminas, minerales y fibra. La fibra es todo tejido que no puede ser digerido por las enzimas del organismo y que aporta muy pocas o ninguna caloría son de gran importancia para prevenir varias enfermedades como divertículos, constipación, obesidad, aterosclerosis, caries o cáncer de colon”.
No se deben prohibir las golosinas en los niños para evitar su consumo, ya que de esta manera, este se sentirá más atraído hacia ellas. Lo que se debe hacer es ser muy estrictos a la hora de su consentimiento. Una buena acción, es limitar la cantidad y frecuencia de consumo. Es aconsejable, no tener golosinas en la casa, ni ofrecerle al niño, ni tampoco premiar a los chicos con caramelos, chocolates, alfajores etc.
Los caramelos y chicles son sólo un ejemplo del amplio abanico que pueden encontrarse en los kioscos, todas opciones con grandes dosis de azúcares y grasas, sin olvidar una gran variedad de colorantes, tanto naturales como artificiales, que les dan ese aspecto tan vistoso y que la legislación actual permite a sus productores utilizar.
A la hora de comparar, es preferible el consumo de chicles y caramelos diet ya que no tienen azúcar y la cantidad de calorías que poseen es mínima. Muchas veces estos productos son útiles cuando una persona está realizando un plan alimentario para bajar de peso ya que pueden calmar la ansiedad y sacar las ganas de consumir algo dulce pero siempre el consumo deberá ser moderado y no excesivo
En el caso de los chocolates o los alfajores, cuando aparece la palabra diet significa que tienen menos azúcar, pero casi siempre se omite la mención de sus grasas y calorías, que suelen ser iguales o aun mayores que las de los productos comunes. Por ejemplo un alfajor de 50g común puede tener 200 calorías y uno de igual gramaje diet posee 175 calorías, o sea es insignificante la diferencia.
La licenciada Crocco hace un análisis de las etiquetas:
En los chocolates, generalmente en las etiquetas, figuran estos datos, por ejemplo:
Composición química de determinado chocolate: Cada 25 g.
Hidratos de carbono: 15 g.
Azúcares: 13 g.
Grasas Totales: 7 g.
Grasas Saturadas: 4.2
De acuerdo al valor calórico que figura en los envases, se puede detectar que las calorías que provienen de los azúcares no fueron calculadas.
En los rótulos de algunos chocolates no figuran las grasas monoinsaturadas, las trans (actualmente las han quitado) y el colesterol.
Este último –y a pesar de que su aporte puede ser insignificante-, debería figurar para que el consumidor tenga conocimiento de lo que ingiere.
El chocolate, cuando es consumido moderadamente (25 a 30g por día), puede incluirse en los planes para reducir el colesterol sanguíneo y la presión arterial, ya que aporta sustancias antioxidantes del tipo de las flavonoides que hace que sea un alimento con propiedades benéficas que actúan previniendo enfermedades cardiovasculares en el caso que se efectúe complementariamente un plan alimentario adecuado.
El chocolate amargo y el blanco aproximadamente tienen las mismas calorías. El chocolate amargo posee más grasas y menos azúcares que el chocolate con leche. El chocolate con leche posee menos grasas y más azúcares que el amargo, explica Crocco.
El gran error de muchos consumidores es que se dejan engañar por este tipo de envases y creen que por tener la palabra mágica diet o Light los habilita a consumir grandes cantidades. No hay que olvidar que muchas personas engordan por comer alta cantidad de productos diet: es fundamental respetar siempre la medida ya sea con productos diet o no, plantean desde el Centro del Doctor Máximo Ravenna.
“Las golosinas diet pueden incorporarse en planes de descenso de peso como por ejemplo las barritas de cereal Light pero siempre teniendo en cuenta las cantidades y el valor adictivo que tienen, hay que tener cuidado con el consumo de este tipo de alimentos ya que pueden generar más apetito. En el caso de los niños muchas veces son prácticas para llevar al colegio como una colación, pero hay que tener presente que también los chicos pueden elegir otros alimentos prácticos de transportar como una manzana o una banana o comprar en un kiosco un yogur descremado”, sugiere la nutricionista Mariana Acebal.
Leer las etiquetas, saber distinguir los principios nutritivos (carbohidratos, azúcares que no se incluyen en la fórmula calórica, tenerlos en cuenta, grasas saludables: monoinsaturadas y poliinsaturadas, grasas perjudiciales: trans, saturadas y colesterol) y no consumir golosinas dietéticas a diario es el consejo de la nutricionista Alicia Crocco
Nota efectuada para www.minutouno.com
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