Muchos individuos que se sienten gordos y deprimidos inician dietas demasiado rigurosas, que no se pueden sostener en el tiempo. Bajan mucho de peso en una primera etapa, pero luego se desquitan comiendo sin control y recuperan los kilos perdidos; entonces dejan todo sin detenerse a analizar cuáles fueron los errores.
Otros empiezan el tratamiento impulsados por el deseo de emular los logros de amigos o conocidos, pero sólo buscan un rápido descenso de peso y no se preocupan por verificar si la dieta es saludable.
También están los que comienzan con entusiasmo y bajan muchos kilos, pero si se estancan se desaniman y abandonan el tratamiento.
En éstos y otros tantos ejemplos, la causa del fracaso es la falta de constancia para esperar los resultados posteriores. Para tener éxito debes entender que adelgazar es un ir y venir hasta alcanzar el peso saludable. Cuando estés motivado lograrás resultados favorables. Si respetas el plan nutricional y continúas con entusiasmo favorecerás el proceso, pero si te frustras y abandonas el tratamiento te alejarás de tu objetivo.
Llegar a la meta requiere paciencia y dedicación en todos los órdenes de la vida, ya se trate de conseguir un empleo, cursar una carrera, formar una familia o escalar una montaña… No pretendas que adelgazar sea una excepción a esta regla.
Si tienes un sobrepeso considerable desde hace muchos años, es muy probable que en algún momento tu organismo se niegue a seguir bajando. Entonces, comprende que no te estancarás para siempre si te estimulas pensando en el resultado final: un cuerpo armonioso y sano. Volverás a avanzar si el objetivo permanece intacto en tu interior.
Cómo desterrar los pensamientos negativos
- Cuando aparezcan, realiza alguna actividad que te agrade. Por ejemplo, escuchar música alegre o andar en bicicleta.
- No te obsesiones con el tema de la dieta. Fija tu atención en el objetivo central: adelgazar saludablemente.
- Entiende que el no bajar de peso en una etapa no es una derrota. Confía en que vas a seguir bajando porque te esfuerzas.
- Llénate de optimismo, pero no esperes resultados mágicos porque al no obtenerlos te desalentarás.
- Si eres ansioso, tómate un tiempo prudencial para acrecentar tu paciencia y no apurar los resultados.
- Busca un lugar tranquilo, donde te sientas en paz, y cierra los ojos. Imagina primero un descenso de peso rápido, con una dieta demasiado severa que al poco tiempo te obligará a abandonarla. Luego visualiza un descenso de peso que se mantenga por el resto de tu vida y prométete que te ayudarás a lograrlo, que no dejarás que el apresuramiento te conduzca al fracaso, que esperarás con alegría el triunfo.
- Reitérate que alcanzarás el éxito si tienes perseverancia y si asumes que no siempre te irá bien.
- Concéntrate en el resultado final, que se traducirá en sentirte feliz por los logros obtenidos.