Embarazo: Preeclampsia o toxemia del embarazo o hipertensión inducida por el embarazo

Preeclampsia

La preeclampsia es una complicación médica del embarazo, también llamada toxemia del embarazo o hipertensión inducida por el embarazo, aunque se puede dar después del parto (presión arterial: 140/90), y está asociada a elevados niveles de proteínas en la orina.

Puede afectar del 5 al 8% de las mujeres embarazadas.

 ¿Cuáles son los factores predisponentes? 

Las siguientes circunstancias incrementan las probabilidades que una mujer padezca preeclampsia: edad menor de 21 y mayor de 35 años; factores hereditarios; ser madre primeriza; embarazo gemelar; antecedentes de diabete; enfermedad renal (del riñón); obesidad; hipertensión crónica; antecedentes de preeclampsia; ser de raza negra.

 Síntomas

Los síntomas son convulsiones, agitación intensa, pérdida del conocimiento y dolencias o dolores musculares.

Además puede haber edema (retención de líquido: hinchazón en cara, manos, pies y tobillos), aumento de peso de más de 900 g por semana, dolor de cabeza y dolor de estómago. También aparecen proteínas en la orina (proteinuria).

Todo esto, luego de la semananúmero 20 de gestación, en el momento del parto o incluso después del nacimiento.

Con menos frecuencia, la preeclampsia aparece antes de las 20 semanas de embarazo, como en los casos de enfermedades trofoblástica gestacional(mola hidatiforme) o síndrome antifolipidico(trombofilias).

La preeclampsia puede ser leve, moderada o severa, dependiendo de las cifras de presión arterial y pérdida de proteínas en la orina, y su progresión puede ser muy lenta o aparecer bruscamente al final del embarazo.

La enfermedad se soluciona con el nacimiento, que deberá programarse basándose en la edad gestacional y el estado de salud materno-fetal.

Tratamiento

Dependerá del grado de severidad de la preeclampsia y de la edad gestacional.

En general se indica inicialmente internación para realizar un estudio completo materno-fetal, que incluye exámenes de laboratorio en sangre y orina, control de proteinuria, controles de la presión arterial frecuentes (al menos una vez al día), electrocardiograma materno, además de los controles del bebé: ecografía, monitoreo, Doppler, etc.

Si la enfermedad es leve y estás en tu semana 37o más, seguramente se indique una inducción del parto, que es lo único que previene complicaciones más severas.

En casos en que se sospecha que el bebé no va a soportar el parto, se indica directamente una cesárea.

Si todavía no se ha llegado a la semana 37 del embarazo, la enfermedad es leve y no hay afectación del bebé, seguramente se indique reposo, dieta, medicación antihipertensiva y un control estricto de la salud fetal.

El reposoes uno de los pocos tratamientos que han demostrado su eficacia en la mayoría de las preeclampsias leves. No es recomendable un reposo en cama 24 horas porque aumentaría el riesgo de trombosis venosaen miembros inferiores (coágulos de sangre venosos).

Si la enfermedad avanza, seguramente requieras internación y adelantamiento del parto.

Debes tener en cuenta que la preeclampsia puede aparecer en el intervalo entre tus consultas prenatales, por lo cual debes estar atenta a los síntomas iniciales:

  • Aumento de peso de más de 900 g en una semana.
  • Hinchazón de cara, párpados, manos, pies o tobillos.
  • Alteraciones en la visión: visión borrosa, doble, ver estrellitas luminosas, intolerancia a la luz.
  • Dolores abdominales intensos, vómitos o náuseas importantes.
  • Cefaleas intensas y persistentes.

En el caso de duda, se puede hacer el test de orina.  Se realiza con una tira reactiva, similar a la del test de embarazo casero, que se sumerge en la orina. El resultado también puede variar durante el día, por lo que, si se sospecha que hay un problema, deberás recoger la orina durante 24 horas para realizar el test nuevamente.

Consecuencias en la madre y el bebé

Cuanto más precoz sea la aparición de la preeclampsia, mayores serán los riesgos de la madre y del bebé.

En la mayoría de los casos aparece en las últimas semanas del embarazo y, con un adecuado control médico obstétrico, reposo, plan nutricional saludable y supervisión de la salud del feto, no hay peligros importantes.

En los casos de preeclampsia severa, hay probabilidad de afectación en órganos importantes maternos y alteraciones placentarias que pueden tener consecuencias graves tanto en la madre como en la salud del bebé, incluso riesgos en la vida de ambos.

Por esta razón, en casos de preeclampsia severa se aconseja el nacimiento lo más pronto posible, incluso corriendo dificultades de prematurez importante en el recién nacido.

La preeclampsia se asocia a una vasoconstricción arterial, lo que provoca una disminución en la llegada de sangre a órganos maternos importantes, como riñones, hígado, cerebro y también placenta. Como consecuencia, hay una disminución de la llegada de alimentos y oxígeno al bebé, lo que le impide un crecimiento intrauterino adecuado, favorece una disminución en el volumen de líquido amniótico y, en casos extremos, puede ser causa de un desprendimiento prematuro de placenta, asociado a numerosos riesgos en la salud del bebé.

La retención de líquidos (edema) asociada a la preeclampsia se debe a la disminución de proteínas en la sangre y a alteraciones en los vasos capilares, que permite la salida de líquidos a los tejidos y también la eliminación de proteínas por la orina.

Afortunadamente muy pocas veces la preeclampsia provoca convulsiones, en los casos más severos, con altísimo riesgo en la salud de la madre o el bebé. Este último cuadro se denomina eclampsia. Lo abordaré en páginas siguientes.

 ¿Ser hipertensa previa al embarazo aumenta el riesgo de padecer preeclampsia?

Si tienes presión arterial elevada previa al embarazo o durante la primera mitad de tu embarazo, se te diagnosticará una hipertensión crónica. Los controles obstétricos deberían ser más frecuentes y con un mayor verificación de tu presión arterial y del crecimiento de tu bebé. Es seguro que recibas una medicación específica y un plan alimentario lo más saludable posible, asociados con más horas de reposo del habitual.

¿Cómo se diferencia la preeclampsia de la hipertensión gestacional?

Cuando la hipertensión arterial aparece después de la semana 20 de gestación pero no hay proteinuria (proteínas en la orina), se denomina hipertensión gestacional o hipertensión inducida por el embarazo. Si posteriormente se detectan proteínas en la orina, el diagnóstico cambia a preeclampsia. El 25% de las mujeres que fueron diagnosticadas primeramente como hipertensas gestacionales desarrollan posteriormente preeclampsia.

En general la presión vuelve a la normalidad después del parto, pero, si no desaparece después del nacimiento, generalmente se debe a que ya existía una enfermedad hipertensiva previa a la gestación no diagnosticada por falta de control médico previo o porque no se detectó durante el embarazo, ya que dentro de la última etapa del primer trimestre y la mayor parte del segundo la presión arterial usualmente disminuye, escondiendo de esta forma la hipertensión crónica de base.

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