Mala alimentación en el embarazo: ¿qué puede ocasionarle al bebé?
A través de estudios realizados en Argentina, se ha demostrado que existe una mala elección de alimentos en la población de embarazadas, que puede ocasionar enfermedades a sus hijos durante toda la vida como consecuencia de la carencia de hierro, zinc y de vitaminas y otros minerales.
La mala alimentación, como consecuencia, repercute en la salud del feto.
El porcentaje de mujeres con exceso de peso antes de este período de sus vidas es mayor que el porcentaje de las de bajo peso.
En la población de embarazadas, generalmente, prevalece un elevado número de mujeres (35%) con anemia por deficiencia de hierro y un estado nutricional bajo en fosfatos, en calcio y en vitaminas.
En poblaciones de bajos recursos económicos, el aumento de peso se debe a la mala dieta, con fuerte presencia de alimentos a base de harinas no integrales y azúcares simples, y carente o baja en alimentos que aportan hierro, ácido fólico y vitamina B12, que evitan la anemia (carnes y derivados, lácteos, etc.).
Esto puede ocasionar, en un futuro, un niño que crezca y llegue a la adultez con enfermedades cardíacas e intestinales.
Cuando la anemia se instala, es necesario un suministro de hierro exógeno, pues la cantidad sugerida de este mineral no se cubrirá con el plan alimentario. Para ello el médico tratante dará las indicaciones pertinentes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que 600.000 mujeres y más de 5000 recién nacidos mueren cada día como consecuencia de complicaciones del embarazo.
Por lo tanto, el cuerpo médico evaluará que la embarazada cuente con los depósitos de vitaminas y minerales indispensables y, si no existieran los adecuados, tomará las medidas higiénico-dietéticas específicas para revertir las carencias y para evitar futuros problemas de salud.
El crecimiento del feto está limitado por el aporte de nutrientes y oxígeno que recibe a través de su gestación. Las madres con bajo peso al nacer, según los médicos, tienden a tener hijos con la misma condición; incluso sus nietos se pueden ver afectados por esta problemática.
La capacidad materna de nutrir a sus hijos se establece durante su propia vida fetal y por sus experiencias nutricionales en la infancia y adolescencia, que determinan su masa corporal.
Por lo tanto, tu alimentación durante el embarazo puede incidir en la salud futura de tu hijo.
Comer mal en el embarazo predispone al bebé a enfermedades crónicas
La falta de una adecuada alimentación durante el embarazo acarrea a los hijos a sufrir patologías durante toda su vida. Un congreso argentino mostró que las argentinas ingieren poco hierro y adolecen de algunas vitaminas
La falta de una nutrición adecuada en el embarazo predispone al recién nacido a sufrir enfermedades crónicas durante su vida como consecuencia de la falta de hierro, zinc y vitaminas. En el simposio “Actualización sobre nutrición de la mujer, con énfasis en las intervenciones perinatales”, que se realizó en el marco del Congreso de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Buenos Aires (SOGIBA), los especialistas alertaron respecto a que las fallas nutricionales en la embarazada repercuten en la salud del feto.
En ese sentido, señalaron que la situación nutricional de las embarazadas en Argentina indica que el sobrepeso al inicio del embarazo es un evento más frecuente que el bajo peso.
Además, acotaron que existe en ellas una prevalencia de anemia por deficiencia de hierro y un estado nutricional bajo en fosfatos, calcio y vitaminas.
La directora del Hospital Teodoro Álvarez, Diana Galimberti, señaló que “la realidad es que hay sobrepeso en las embarazadas porque comen demasiada harina e hidratos”.
“Pero muchas veces, ese sobrepeso está escondiendo un estado de desnutrición por falta de una alimentación adecuada”, destacó Galimberti.
En ese sentido, la especialista reiteró que distintos estudios médicos advierten que “en América Latina y sobre todo en Argentina hay alrededor de un 35 por ciento de embarazadas con anemia por deficiencia de hierro y micronutrientes”. Galimberti señaló que, “cuando un feto está dentro de un útero con una mala nutrición, seguramente nacerá un niño que va a ser un adulto con enfermedades crónicas como intestinales o cardíacas”. Indicó que para evitar esta situación, “hay recursos simples como suministrarle a la embarazada hierro y también continuar aportándole nutrientes durante la lactancia”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que 600 mil mujeres y más de 5000 recién nacidos mueren cada día como consecuencia de complicaciones del embarazo. Los especialistas consideran que desde el punto de vista de la alimentación, el foco de cualquier intervención nutricional debería orientarse a mejorar la calidad global de la dieta favoreciendo una relación adecuada entre ingesta de nutrientes y energía. A su vez, la condición de salud de la mujer previa al embarazo y durante este, es fundamental para el resultado final del proceso.
El crecimiento del feto está limitado por el aporte de nutrientes y oxígeno que recibe a través de su gestación.
Las madres con bajo peso al nacer, según los médicos, tienden a tener hijos con la misma condición; incluso sus nietos se pueden ver afectados por esta problemática.
La capacidad materna de nutrir a sus hijos se establece durante su propia vida fetal y por sus experiencias nutricionales en la infancia y adolescencia, que determinan su masa corporal.
Por lo tanto, tu alimentación durante el embarazo puede incidir en la salud futura de tu hijo.
El nutricionista debe realizar el plan alimentario adecuado a cada embarazada, teniendo en cuenta los porcentajes recomendados de los diferentes principios nutritivos, para cubrir las cantidades sugeridas de estos.
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