Muchos de los fármacos de uso corriente en la actualidad tienen su origen en plantas y compuestos naturales; es el caso de la aspirina, ‘hija’ del sauce blanco o algunos quimioterápicos derivados del tejo. Una de esas plantas, usada desde hace años por la medicina tradicional china, ha demostrado en ratones potencial contra el cáncer de páncreas.
Los resultados, que pueden leerse esta semana en ‘Science Traslational Medicine’, son todavía demasiado preliminares, porque sólo se han probado en ratones y en líneas celulares; aunque no por eso menos esperanzadores.
La hierba en cuestión es ‘Tripterygium wilfordii Hook f.’, también conocida como liana (o vid) del dios del trueno. En la principal base de datos de estudios médicos, PubMed, pueden leerse más de 700 referencias científicas con este vegetal, bien conocido hasta ahora por sus propiedades antiiflamatorias. El problema que tiene el ‘Tripterygium’ es que se disuelve muy mal en agua, lo que ha impedido un uso más extendido como fármaco. Para superar esta barrera, investigadores de la Universidad de Minnesota (EEUU) han diseñado un derivado sintético de esta planta, al que bautizaron como minnelide.
En el estudio preclínico que esta semana publican Ashok Saluja (presidente de la Asociación Internacional de Pancreatología), este compuesto ha mostrado un fuerte efecto contra las células malignas de diversos tumores pancreáticos. En varios modelos de ratones avatar (a los que se les impmantó un tumor de páncreas de origen humano) y también en roedores modificados genéticamente. Saluja y su equipo observaron que minnelide era capaz de ‘exterminar’ las células tumorales y reducir el volumen de la masa; asimismo, redujo la capacidad migratoria de las células malignas y aumentó la supervivencia de los animales.
Como explica Saluja, todos los datos recogidos indican que estamos ante un potente anticancerígeno, aunque aún queda un largo recorrido antes de que pueda comenzar a usarse en un ensayo clínico en humanos. El siguiente paso, ahora, consiste en probar el derivado de esta milenaria planta chinas en otros mamíferos más grandes. A pesar de todas estas cautelas, una perspectiva que publican en la misma revista Sunil Hingorani y John Potter, del centro de cáncer Fred Hutchinson, recuerda que cualquier intento es bueno para hacer frente a uno de los tumores de peor pronóstico en la actualidad.
El cáncer de páncreas tiene una mortalidad cercana al 90% a los cinco años del diagnóstico, debido sobre todo a que la mayoría de los casos se diagnostican demasiado tarde (cuando existen metástasis, la media de supervivencia ronda sólo los seis meses). En la actualidad, uno de los pocos tratamientos disponibles para estos pacientes es la vieja gemcitabian (un tipo de quimioterapia).
“En los últimos 15 años, con muy pocas excepciones, todos los ensayos en fase 2 y 3 han fracasado en hallar una alternativa más eficaz que la gemcitabina”, recuerdan en su comentario. “No nos podemos permitir seguir fallando continuamente”. En este sentido, apuntan a que la potente actividad antiinflamatoria del ‘Tripterygium’ podría estar detrás del efecto antitumoral observado en el estudio de ‘Science’: “cada vez hay más evidencias de que los procesos inflmatorios son pro-cancerígenos”, recuerdan.
Fuente: elmundo.es
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