¿Sabías que existe una diabetes que no se ajusta a los tipos más conocidos? Descubre qué es la diabetes atípica y por qué cada vez preocupa más.
Introducción:
Cuando escuchamos “diabetes”, casi todos pensamos en la tipo 1, que aparece desde jóvenes y requiere insulina, o en la tipo 2, relacionada con el sobrepeso y la vida sedentaria. Pero hay una forma de diabetes que rompe con esta división y se presenta de manera inesperada: la diabetes atípica.
Se trata de un conjunto de variantes que no siguen las reglas clásicas: pueden aparecer en adultos jóvenes activos, en personas sin obesidad o incluso combinar características de los dos tipos principales. Identificarla a tiempo es clave para evitar complicaciones y elegir el tratamiento más adecuado.
Por la Lic. Alicia Crocco- NUTRICIONISTA especializada en obesidad y enfermedades asociadas. Además en enfermedades digestivas, intestinales y otras.
Desarrollo:
La diabetes atípica es una forma menos conocida de esta enfermedad metabólica. A menudo se presenta con características que no coinciden con los patrones tradicionales de la diabetes tipo 1 o tipo 2. Reconocerla a tiempo es fundamental para ofrecer un tratamiento acorde y evitar complicaciones.
¿Qué es la diabetes atípica?
La diabetes atípica se refiere a aquellos cuadros clínicos que no encajan claramente en la clasificación habitual de diabetes tipo 1 (autoinmune, de inicio juvenil, con insulinodependencia inmediata) ni en la tipo 2 (vinculada a resistencia a la insulina, sobrepeso y sedentarismo).
En la práctica clínica, muchas personas —jóvenes, delgadas, con hábitos saludables y sin antecedentes familiares— pueden desarrollar diabetes. Algunos de estos casos corresponden a formas como:
LADA (Latent Autoimmune Diabetes in Adults): un tipo autoinmune de progresión lenta, con síntomas iniciales similares a la tipo 2 pero con necesidad futura de insulina.
MODY (Maturity Onset Diabetes of the Young): causada por mutaciones genéticas específicas, suele diagnosticarse antes de los 25 años y puede confundirse con tipo 1 o 2.
Otras formas menos frecuentes que requieren análisis genéticos o inmunológicos para su identificación.
El rol de la nutrición en estos casos:
El abordaje nutricional debe ser personalizado. La historia clínica detallada, los análisis complementarios y el contexto del paciente son fundamentales. En todos los tipos de diabetes, incluidos los atípicos, una alimentación adecuada mejora el control glucémico, disminuye el riesgo cardiovascular y favorece el bienestar general.
Alimentos con bajo índice glucémico, control de carbohidratos, grasas saludables, fibra y una correcta hidratación forman parte de las estrategias habituales. Pero también es importante contemplar el estado emocional, los hábitos previos y el entorno social.
Reflexión:
La diabetes no siempre es predecible ni encaja en una clasificación rígida. Escuchar al paciente, observar más allá de los números y estar atentos a lo que no es evidente puede marcar la diferencia entre un tratamiento ineficaz y una verdadera mejora en la calidad de vida.
Resumen:
La diabetes atípica incluye formas como LADA y MODY.
Su diagnóstico suele ser tardío o erróneo.
Requiere estudios específicos y tratamiento adaptado.
La nutrición cumple un papel clave en el manejo individualizado.
Es fundamental no subestimar los síntomas ni encasillar los cuadros clínicos.
“Cada cuerpo tiene su historia. Que el diagnóstico no encaje en un molde no significa que no haya una solución posible.”
Bibliografía:
Hawa, M. I. et al. “LADA is heterogeneous: disease progression and autoantibody level predict eventual insulin requirement.” Diabetologia, 2014.
Fajans, S. S., Bell, G. I. “Maturity-onset diabetes of the young: history, genetics, pathophysiology, and clinical decision making.” Diabetes Care, 2011.
Naik, R. G., Brooks-Worrell, B. M., Palmer, J. P. “Latent autoimmune diabetes in adults.” The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, 2009.