¿Qué sabemos sobre el colesterol?
Son muy pocas las personas que están informadas sobre el valor adecuado de colesterol para su organismo. Sin dudas, la principal causa de muerte en el mundo desarrollado (la enfermedad cardiovascular) no recibe la atención que debería por parte de la población. Encuestas (año 2009) revelan datos alarmantes. El 30% de los consultados ignoraba su nivel de colesterol. Existen campañas que promocionan el adecuado estilo de vida que debería llevarse (disminución de peso, aumento de la actividad física y alimentación sana) para mantener un óptimo estado de salud. Sin embargo, la gente no le da la importancia que debiera a la información que recibe y por ende, desconoce las consecuencias a las que se expone en el mediano y/o largo plazo. Como factor de riesgo, el colesterol es uno de los más accesibles de recibir tratamiento. Otro dato, no menor, es que pocos reconocen la diferencia entre el colesterol “bueno” y el colesterol “malo”. Esto nos brinda un aporte más a la conclusión que sostiene que “el colesterol alto está sub-diagnosticado y sub-tratado”, y por lo tanto, existirían personas que no reciben tratamiento hipolipemiante adecuado y continuan expuestas al riesgo de presentar algún evento cardiovascular.
Las grasas “Trans” o “Hidrogenadas” y fueron creadas para “reemplazar” a las saturadas. En la actualidad son empleadas en la preparación de comidas rápidas y en la mayoría de los alimentos envasados. Son asesinos silenciosos (30.000 muertes “indirectas” en los EE.UU en el último año). Los ácidos grasos “trans” no son reconocidos fácilmente por nuestro organismo y pueden provocar alteraciones en el normal metabolismo de los lípidos, aumentando el colesterol LDL y disminuyendo el colesterol HDL. Todo flagelo debe ser erradicado. Por eso, el PROPIA (Programa para la Prevención del Infarto en Argentina) implementó alternativas sanas al crear fórmulas para suplantar estas grasas en la dieta. El Doctor Marcelo Tavella, director del PROPIA, “explica que se desarrolló una semilla híbrida de girasol alto oleico que luego, procesada a aceite, es capaz de reemplazar saturados e hidrogenados en la elaboración de alimentos envasados, permitiendo también frituras más sanas. Los ácidos grasos insaturados, en especial el Oleico y Linoleico tienen probada acción en la disminución del colesterol”. Además, agrega “que las empresas al modificar sus productos en pro de una alimentación sana, serán más competitivas al ofrecer mejor calidad al mismo precio. Un ejemplo sería la Cooperativa Obrera de Bahía Blanca, que produce pan y repostería libres de ácidos grasos trans”. Por último, la OMS (Organizacion Mundial de la Salud) recomendará la eliminación de este tipo de grasas a mediano plazo. Esto, a nivel local, será sustentado por emprendedores académicos y empresariales, que no dejan de impulsar proyectos y programas de prevención en materia de salud.
¿Dónde se encuentran las grasas trans?
-Margarinas (las de consistencia dura), galletitas (dulces y salada, aún las integrales, bajas en sal y calorías), productos de copetín y comidas rápidas (papas fritas, chizitos, palitos, etc), panes (lactales de todo tipo y común elaborado y premezcla), golosinas (alfajores, cereales, bocaditos). Las grasas trans, según la OMS, no deberían exceder el 1% de la ingesta diaria.
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