Soufflé de queso

 

Especial para invitados puntuales

Ingredientes: (para 6 porciones)

Leche descremada fría: 1 taza y media tipo té

Almidón de maíz: 3 cucharadas tipo postre

Aceite: 1 cucharada tipo postre

Sal: 1 pizca

Pimienta: A gusto

Nuez moscada: A gusto

Queso compacto magro (bajo en grasas: menor al 6%): 100 g

Claras: 6 unidades

Azafrán o cúrcuma:  ¼ de cucharadita tipo té

Mozzarella descremada: 100 g reparación:

Preparar la salsa blanca dietética: Verter en una cacerolita la leche fría y agregar el almidón de maíz. Mezclar con una batidora o manualmente hasta disolver bien el almidón de maíz. Seguir batiendo sobre el fuego fuerte hasta que  la mezcla hierva y se convierta en una salsa muy lisita y espesa. Retirar del fuego.

Colocar la salsa blanca en un bol, agregar el aceite, la sal, la pimienta y la nuez moscada. Revolver con cuchara de madera hasta mezclar bien.

Colocar la salsa con el azafrán, la cúrcuma o colorante vegetal. Mezclar, dejar enfriar.

Luego cortar el queso compacto magro en trozos y rallarlo cómodamente en la picadora o con el rallador.

Aparte, 2 cucharadas de queso compacto magro rallado, agregar la salsa blanca.

Cortar la  mozzarella en cuadraditos y agregárselos a la salsa blanca dietética.

Aparte, en un bol, batir las claras a punto de nieve bien firme. Agregarlas a la salsa blanca y mezclar con movimientos envolventes para que la preparación siga quedando esponjosa.

Atomizar con aceite cazuelitas individuales de una capacidad tal que la preparación llegue sólo a las ¾ partes de la altura del recipiente (la misma indicación es válida si optas por una fuente térmica).

Espolvorear la mezcla que está en las cazuelitas con queso rallado compacto magro.  Es apenas un toquecito para gratinar.

Mojar con agua un cuchillo y hacer un corte circular en la superficie del soufflé, cerca del borde de cada una de las cazuelitas, como si le estuviera marcando el contorno de un sombrero.

Esa marca que se hace en la superficie del soufflé antes de cocinarlo, le permite cobrar durante la cocción su aspecto característico y siempre retentador.

FUENTE: Cocina Clásica-. Blanca Cotta- Cuaderno N° 9 Light- Diario Clarín. 1998.

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