Del análisis de 56 estudios con un total de 4.068 personas con cáncer, la mitad de ellas con cáncer de mama, los autores de la investigación concluyen que aquellas con tumores sólidos se beneficiaron del ejercicio aeróbico, como caminar o andar en bicicleta, tanto durante como después del tratamiento contra la enfermedad. Por el contrario, el entrenamiento de resistencia no redujo la fatiga.
La fatiga es un efecto común y duradero del cáncer y su tratamiento, que puede durar meses o años, por lo que puede llevar a algunos pacientes a abandonar el tratamiento. Aunque en el pasado, a estas personas se les aconsejaba reposo, largos períodos de inactividad pueden conducir a la pérdida de masa muscular y que el cansancio aumente, mientras que la actividad física puede ayudar a reducir la fatiga, según los autores de este estudio.
La evidencia sugiere que el ejercicio puede ayudar a reducir la fatiga relacionada con el cáncer y por lo tanto debe ser considerado como otro componente de la estrategia contra la fatiga”, dijo la investigadora principal, Fiona Cramp, de la Facultad de Salud y Ciencias de la Vida de la Universidad del Oeste de Inglaterra en Bristol (Reino Unido).
Esta revisión actualizada proporciona una conclusión más precisa, mostrando específicamente que el ejercicio aeróbico, durante y después del tratamiento del cáncer, puede ser beneficioso. Todavía hay que analizar cómo el tratamiento del cáncer altera los efectos beneficiosos del ejercicio sobre la fatiga y cómo afecta a los resultados la frecuencia y duración del ejercicio, así como el tipo de cáncer.
Fuente: Europa Press