Resumen
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica, que afecta fundamentalmente al sistema nervioso central. Es una patología crónica.
Aquellos que la padecen, deben realizar una alimentación equilibrada, que contemple todos los aspectos a nivel individual, que provea los nutrientes necesarios.
Para no perjudicar los síntomas que ocasionan esta enfermedad, se aconseja estar en un peso saludable y evitar la constipación.
Incluir en la alimentación diaria, alimentos que contengan: ácidos grasos omega-3, omega-6, vitamina B1, B9, B12, yodo y azufre.
Todos estos nutrientes basados en la elección de alimentos no procesados, naturales, con procedimientos de cocción que no altere la calidad nutricional (al vapor para el caso de las verduras y asado, al horno o a la parrilla en el caso de las carnes).
Mínima cuota de proteína (huevo, carne y pescado fundamentalmente) y para asegurar una nutrición normal.
Evitar los alimentos industrializados ricos en azúcares con las diferentes denominaciones (sacarosa, sucralosa, jugo de caña y miel de caña, edulcorante de maíz y miel de maíz, dextrosa, fructosa, jarabe de fructosa, silope de maíz, concentrados de jugo de frutas, glucosa, miel, azúcar invertida, maltosa, melaza, azúcar blanco refinado, molido, en polvo. También azúcar moreno: refinado o integral), grasas saturadas y en sal. Se recomienda leer etiquetado nutricional para reconocer estos alimentos adictivos.
El procesamiento de los alimentos, el uso de fertilizantes químicos, hormonas, pesticidas y el uso disminuido de fertilizantes orgánicos ha causado un deterioro de la calidad del alimento disponible para el consumidor.
Alto consumo de vegetales y frutas de todos los colores, preferentemente crudas, con el propósito de proveer vitaminas, minerales y fibra necesaria, para lograr un equilibrio interno y evitar la constipación.
Consumo abundante de cereales integrales, provee una rica fuente de vitaminas, minerales y de aceites esenciales. Incluir diariamente germen de trigo, salvado de trigo.
Ingesta de agua por lo menos 1 litro diario, como así también te verde por la cantidad de antioxidantes que presenta.
Realizar desayunos copiosos y el resto de las comidas de pequeños volúmenes.
¿Qué es la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple (EM), también llamada mielopatía desmielinizante, es una enfermedad neurológica, neurodegenerativa y crónica del sistema nervioso central. No se conoce la causa. Al parecer existe un ataque de los anticuerpos contra la mielina (sustancia serosa, blanca del cerebro).
Se manifiesta entre los 18 y 40 años, con mayor prevalencia en las mujeres que en los hombres (2 mujeres de cada hombre).
No es contagiosa, ni hereditaria, rara vez es mortal.
Se caracteriza por la aparición de lesiones desmielinizantes, es decir que se produce la pérdida de mielina del cerebro, y la médula espinal.
Esto hace que las personas que la padecen, puedan tener una movilidad reducida o invalidez, en los casos más graves.
¿Cuáles son los síntomas?
Hay personas que no presentan síntomas. Otras en cambio, pueden presentar: debilidad muscular, desequilibrio o pérdida de la coordinación, dificultad para caminar, hormigueos, visión borrosa, doble, dolor ocular, dificultad en el habla, temblores, dolor intenso en la cara, pérdida del control de los esfínteres.
Los síntomas aparecen como brotes y después desaparecen en forma total o parcial.
El estrés, el calor, la actividad física extenuada, pueden empeorar los síntomas neurológicos.
En el año 2013 fue la segunda causa de discapacidad en jóvenes de 20 a 40 años.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay entre dos millones y dos millones y medio de personas que la padecen. En Argentina hay entre 18 y 20 personas cada 100.000 habitantes que sufren esta patología (entre 7000 a 8000).
Numerosos estudios parecen confirmar que algunos países, como por ejemplo Japón, tienen bajas índices de esta enfermedad. Esto puede deberse a que ingieren alimentos ricos en grasas saludables y evitan, en cambio, las grasas saturadas ni trans.
A pesar de eso, no hay una confirmación que la alimentación pueda prevenir esta enfermedad. Sabemos que, sin dudas la calidad de vida se mejora con la elección correcta de alimentos y preparaciones.
¿Cuáles son los alimentos adecuados?
Los alimentos que se detallarán a continuación, contribuyen al buen funcionamiento del sistema nervioso, fundamentalmente del sistema nervioso central.
Por eso mismo será eficaz la estrategia de su utilización, para el retrasar o la prevención de la incidencia de esta patología.
Es necesaria la ingesta de agua no menos de 1 litro a diario. También dentro del líquido necesario, se puede incluir como infusión el té verde por la cantidad de antioxidantes que presenta.
Realizar desayunos enriquecidos: por ejemplo 1 vaso de leche descremada fría, 2 rodajas de pan integral multisemillado con ricota descremada, 10 almendras y 1 fruta fresca y el resto de las comidas de pequeños volúmenes.
Alimentos ricos en ácidos grasos esenciales:
Grasas insaturadas
Ácidos grasos Omega- 3
¿Dónde podemos encontrar los ácidos grasos omega-3?
Los de origen vegetal se encuentran en las legumbres (lentejas, garbanzos, porotos y especialmente en la soja), las semillas de lino y en las frutas secas (almendras, avellanas, nueces, maníes, etc.). Los de origen animal proviene de los pescados (sobre todo los azules, los de aguas profundas y frías: salmón, atún, sardinas, truchas, anchoas, caballa, entre otros y también los mariscos: almejas, berberechos, calamares, cangrejos, centolla, etc.
La falta se asocia con problemas neurológicos y otros síntomas como la pérdida de memoria, el hormigueo en brazos y piernas, y la disminución de la visión. De ahí la importancia de incluirlo en la alimentación semanal, para fortalecer el sistema nervioso central.
Alimentos ricos en ácidos grasos Omega- 6
Aceite de canola, uva, maíz, oliva y soja (en crudo), en la mayoría de las semillas (fundamentalmente en el sésamo), en los granos y sus derivados y en el germen de trigo y en las nueces.
Suelen estar acompañadas de vitamina E.
Más allá de los beneficios de ambos ácidos grasos esenciales, es necesario que tener en cuenta que la cantidad de los ácidos grasos omega- 3 debe ser superior a la de ácidos grasos omega- 6 y generalmente esto no sucede.
A modo de ilustración se puede mencionar que aquellos aceites que son ricos en omega 6 se vuelven rancios (es decir que se oxidan), son muy reactivos y no deberían ser utilizados para cocinar, además de ser responsables de los procesos inflamatorios del organismo, generando enfermedades por el efecto oxidativo.
- La lecitina: está presente en los aceites vegetales. Esta y el colesterol son constituyentes importantes de la vaina de mielina que rodea los axones de las fibras nerviosas del sistema nervioso central. Por tal motivo, hay que utilizar aceite para condimentar.
Recomendaciones para los alimentos insaturados
Según la American Heart Association, la ingesta total de grasas de los alimentos ricos en grasas insaturadas no debe ser mayor del 25 al 35% del total de las calorías diarias. Es necesario leer las etiquetas de los alimentos para asegurarnos de ingerir la cantidad correcta de grasas. Las recomendaciones del National Cholesterol Education Program sugieren que no más del 20% de la ingesta calórica diaria debe provenir de grasas monoinsaturadas y sólo el 10% debería provenir de grasas poliinsaturadas.
Ese cálculo lo realiza un nutricionista.
- Alimentos ricos en vitamina B1
Fuentes: leche, cereales enteros, legumbres, levadura de cerveza en polvo, germen de trigo, frutas secas, semillas, vísceras, carnes, yema de huevo.
- Alimentos ricos en vitamina B9 o ácido fólico
Fuentes: hígado de pollo y de vaca, legumbres, brotes y harina de soja, espárragos, espinaca, palta, maníes, germen de trigo, semillas de girasol y de zapallo, levadura de cerveza en polvo.
- Alimentos ricos en Vitamina B12: las personas que tienen esclerosis múltiple, suelen tener los niveles bajos de esta vitamina.
Fuentes: hígado de res, mariscos (sobre todo las almejas), carne de res, de ave, huevos, etc.
- Alimentos ricos en vitamina C: poderoso antioxidante que bloquean parte del daño causado por los radicales libres.
Fuentes: cítricos (mandarina, naranja, pomelo, limón, lima-limón), además el kiwi, quinoto, frutilla, melón, ají morrón, brotes de alfalfa, berro, crucíferas y perejil.
- Alimentos ricos en vitamina E:
Fuentes: en los aceites vegetales (de maíz, de germen de trigo, girasol, cártamo, soja), en las frutas secas (nueces, almendras, avellanas, maní), hortalizas de hojas verdes (espinaca, también el brócoli), entre otros.
- Vitamina D: a través de la exposición solar. Aún en invierno 10 a 15 minutos diarios en horarios permitidos o indicación médica de suplementación diaria.
- Alimentos ricos en proteínas vegetales:
Fuentes: las legumbres (lentejas, garbanzos, porotos, soja) y los cereales (trigo, avena, cebada, maíz, arroz integral, etc.).
Alimentos ricos en yodo
Fuentes: mariscos en general (almejas, mejillones, gambas), bacalao, caballa, arenque, atún, salmón, algas, entre otros.
Alimentos ricos en azufre
Fuentes: los de origen animal: carnes rojas, aves, pescados, huevos, quesos).
Los de origen vegetal: hortalizas y verduras aromáticas: cebolla, ajo, puerro, espárragos y los colex. No obstante, es necesario que exista un equilibrio entre los principios nutritivos que se provean, por eso es necesario que el consumo de proteínas sea adecuado y si esto no se produce, se corre el riesgo de una deficiencia de calcio con descalcificación ósea, efecto en el que también interviene el azufre.
Alimentos inadecuados
- Alimentos procesados:
- Evitar los aditivos y conservantes.
- Alimentos ricos en grasas saturadas: no comer más de 10 g de grasas animales por día (estas grasas no se encuentran en los pescados azules que debe consumirse con mayor frecuencia).
La ingestión de grasa saturada debe ser menor de 20 g al día (no pasar el 25 % del total de energía del día), para evitar las complicaciones y la muerte, como así también la frecuencia del tiempo sin crisis, lo que disminuye el progreso del deterioro.
Una alimentación elevada en proteínas animales no es buena porque:
- Lleva a que el organismo presente un exceso de aminoácidos esenciales y no esenciales, utilizado como energía o almacenado como grasa. Cosa no apropiada para esta patología que requiere de un peso saludable.
- La proteína animal se encuentra acompañada por la presencia de grasa. Este factor hay que considerarlo debido a la alta incidencia de esclerosis múltiple en aquellos consumidores de proteínas animales provenientes de las carnes y derivados.
- Las calorías procedentes de la proteína no deben exceder al 20 % del total de las calorías ingeridas.
Los productos terminados del metabolismo proteico excesivo, pueden llevar a una acumulación de nitrógeno en el torrente sanguíneo y a daño sobre el hígado y los riñones.
Los ácidos grasos de cadena corta (ácido acético, propiónico, isobutírico, butírico, isovalérico, valérico y carpoico) se absorben a través de la mucosa intestinal y están en el torrente sanguíneo y van al hígado para su metabolismo.
La grasa en exceso se almacena en las células grasas como triglicéridos (depósito de grasa).
La ingestión de ácidos grasos insaturados provenientes de los aceites, de 40 g (4 cucharadas tipo postre) a un máximo de 50 g (5 cucharadas de las de postre) por día de manera fraccionada en los almuerzos y cenas.
Utilizar método de cocinar por hervido o asado.
- Leche de vaca: evitar las versiones que no sean descremadas al igual que los derivados.
- Alimentos ricos en almidones y granos: papa, batata y choclo.
- Evitar los alimentos pegajosos y aquellos que se dispersen por la boca: por ejemplo las galletitas.
- Alimentos que pueden producir alergia: la evaluación deberá ser personal. No indicar la exclusión total de todos los alimentos alergénicos. Quitar de uno por vez para comprobar cuál es el que se debe suspender.
- Tóxicos: tabaco, alcohol, café y bebidas excitantes.
Conclusiones
La meta para los pacientes con esclerosis múltiple es reducir los ataques y promover un estado de remisión que mejore la calidad de vida.
Esto se logra con el cumplimiento de la alimentación que se sugiere en esta nota.
Actividad física aeróbida (no excesiva, ni extenuante).
Evitar el estrés y el cansancio.
Es necesaria la consulta frecuente con el médico tratante y con el nutricionista.
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