- Revisar la quinoa sobre un plato para separar posibles piedritas ya que es un grano muy chiquito que se puede mezclar con impurezas.
- Lavarla muy bien varias veces batiendo el agua y descartándola.
- Dejarla en remojo una hora o más.
- Transcurrido el tiempo de remojo, remover en el agua otra vez con una espátula o cuchara y cambiarla nuevamente de agua antes de hervirla.
- Colocar abundante agua sin sal en dos cacerolas. Cuando comienza a hervir colocar la quinoa en una de ellas durante 5 minutos, colarla tirando el agua y volver a colocarla en el agua hirviendo del otro recipiente durante 15 minutos que es lo que tarda en reventar el grano. Dejar reposar unos minutos absorbiendo agua, colar y dejar enfriar.
¿Por qué se debe realizar este procedimiento?
La quinoa posee saponinas, sustancias tóxicas para los animales y seres humanos con propiedades parecidas a las del jabón, tanto que las mujeres centroamericanas acostumbraban lavarse el cabello o la ropa con el agua del remojo. La toxicidad depende del nivel de saponinas de la variedad que vayas a consumir, si es menor al 0,11% son quínoas dulces que son las ideales pero si es mayor al 0,11% son quínoas amargas por la gran cantidad de saponinas y más tóxicas.
En los paquetes de quinoa no se encuentra detallado en las etiquetas el nivel de saponinas de la variedad, por eso para evitar irritaciones digestivas y otras más delicadas, la única precaución que se recomienda es lavarla muy bien con agua varias veces.