La mejor opción es incorporar el gluten de a poco, de manera escalonada, y a partir de los 6 meses, mientras el bebé aún toma leche materna.
El gluten es la principal proteína de 4 cereales muy utilizados en nuestra alimentación: avena, cebada, centeno y, sobre todo, trigo.
Otros cereales menos conocidos, el kamut, el triticale y la espelta, también contienen gluten.
¿Cuáles son las fuentes más frecuentes de proteínas elaboradas con trigo?
El pan, las pastas, la mayoría de cereales de desayuno, las pizzas, etc.
En bebés con una predisposición genética determinada, se puede producir una respuesta inmunitaria al gluten, conocida como enfermedad celíaca. En griego, la palabra “celíaca” proviene del término “koiliak” que significa “que sufre del vientre”. Refleja bastante la realidad, porque cuando estos niños ingieren con la alimentación gluten, lesionan el tejido de su intestino.
Es más probableque desarrollen la enfermedad niños con diabetes tipo 1 o con síndrome de Down, así como los hijos de padres celíacos.
La enfermedad debe ser diagnosticada por un pediatra con una biopsia intestinal.
Hasta hace unos años, para evitar que los bebés susceptibles desarrollasen la enfermedad, se aplicaba el planteamiento “cuanto más tarde mejor”. Es por ello que se aconsejaba demorar la incorporación del gluten hasta los 8 meses (o más), para evitar las formas graves de presentación de la enfermedad celíaca.
Sin embargo, nuevos estudios, apuntanque no es necesario esperar en ofrecer alimentos con gluten a los bebés y que la demora de su incorporación podría ser incluso contraproducente.
Cuando los menores empiezan a mostrar interés por comer, ya pueden incluirse estos alimentos, si bien deberán hacerlo en pequeñas cantidadesy de forma progresiva y tomando leche materna.
Si se incorpora el gluten mientras el bebé aún toma leche materna, el riesgo de enfermedad celíaca disminuye de forma clara.
La Academia Americana de Pediatría, indica que los bebés amamantados de forma exclusiva solo hasta los 4 meses presentan más riesgo de padecer enfermedades respiratorias del tracto inferior, otitis media, y diarrea que los amamantados de forma exclusiva hasta los 6 meses o más. El riesgo de neumonía en dichos niños se multiplicaría por 4.
Pese a ello, datos de la OMS indica que, solo un 40% de los bebés españoles son amamantados hasta los 4 meses.
La Academia Americana de Pediatría: manifiesta la importancia que tiene la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y más, ya que interviene en la protección del bebé respecto a la enfermedad celíaca (entre otras patologías como así también en la madre) y continuar con la lactancia materna todo el tiempo que madre y el hijo deseen.
De esa manera, el gluten aparecerá en la alimentación del bebé mientras está recibiendo leche materna, que protege su sistema inmunitario, implicado en la enfermedad celíaca.
En cuanto a los bebés no amamantados, pese a que las evidenciasno permiten extraer conclusiones sobre cuándo es más recomendable que aparezca el gluten, sí sabemos que, es muy desaconsejable que lo haga antes de los 4 meses (algo habitual) y que conviene que se incorpore de forma paulatina y escalonada. Esto último, en cualquier caso, es aplicable a todos los bebés.
Fuente: Consumer.es