Un estudio relacona la etapa intermedia entre la normoglucemia y la diabetes mellitus con una mayor probabilidad de afección de tumores de de estómago/colon y recto, hígado, páncreas, mama y endometrio.
La prediabetes aumenta el riesgo de cáncer en un 15%, aunque puede variar dependiendo el tipo de cáncer, según concluye un metaanálisis liderado por el profesor Yuli Huang, del Hospital de Shunde, Daliang Town, Shunde, China, que incluyó 16 estudios y 891.426 participantes de diversas regiones del mundo, y cuyos resultados se publican en Diabetologia.
La prediabetes es un término general que se refiere a una etapa intermedia entre la normoglucemia y la diabetes mellitus, que incluye individuos con intolerancia a la glucosa (IGT, por sus siglas en inglés), glucosa alterada en ayunas (IFG, por sus siglas en inglés) o una combinación de los dos. Hasta ahora, los resultados a partir de estudios de cohorte prospectivos que investigan la relación entre la prediabetes y el riesgo de cáncer son controvertidos.
En este nuevo trabajo, los autores realizaron un metaanálisis para evaluar el riesgo de cáncer asociado con la glucosa en ayunas y la alteración de la tolerancia a la glucosa en la población. De los 16 estudios incluidos en este análisis, cuatro eran de Asia, 11 eran de Estados Unidos y Europa y uno de África.
Los investigadores encontraron que la prediabetes se asoció con un 15% más de riesgo de cáncer en general. No hubo diferencias significativas para el riesgo de cáncer con diferentes definiciones de prediabetes (IGT o IFG).
Los autores señalan que la obesidad, un factor de riesgo importante para la diabetes, también está vinculada con el desarrollo de cáncer, por lo que se realizó un análisis de sensibilidad que sólo incluyó estudios ajustados según el índice de masa corporal (IMC) en el metaanálisis. “Hemos encontrado que, después de controlar por el IMC, la presencia de prediabetes se mantuvo asociada con un mayor riesgo de cáncer del 22%”, explica.
También se incrementó el riesgo de todos los cánceres cuando se empleó una definición inferior del IFG (de 5,6 a 6,9 mmol/l), de acuerdo con la definición actual de IFG de la Asociación Americana de la Diabetes, aunque esta definición no ha sido aceptada por el grupo de trabajo especial para la diabetes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) u otras guías internacionales. La diferencia del riesgo de cáncer no fue significativa entre la IFG definida como entre 5,6 y 6,9 mmol/l o de 6,1 a 6,9mmol/l.
Importantes implicaciones clínicas
Al analizar el riesgo según el tipo de cáncer, la prediabetes se relacionó con un mayor riesgo estadísticamente significativo de cáncer de estómago/colon y recto (riesgo relativo o RR de 1,55), hígado (RR 2,01), páncreas (RR 1,19), mama (RR 1,19) y endometrio (RR 1,60), pero no se asoció con cáncer de bronquios/pulmón, próstata, ovario, riñón o vejiga.
Los autores dicen que varios mecanismos podrían explicar los resultados. En primer lugar, la hiperglucemia crónica y sus condiciones relacionadas, como el estrés oxidativo crónico y la acumulación de productos finales de la glucosilación avanzada (que se generan en condiciones de niveles excesivamente altos de azúcar en la sangre) pueden actuar como factores cancerígenos.
En segundo lugar, el aumento de resistencia a la insulina conduce a un incremento de la secreción de insulina, que puede a su vez permitir que las células cancerosas crezcan y se dividan. En tercer lugar, puede haber mutaciones genéticas que predisponen a los individuos a un mayor riesgo de cáncer, con un estudio reciente que muestra que el fallo de un gen supresor tumoral expone a los individuos a un mayor riesgo de cáncer y prediabetes.
“Estos resultados tienen importantes implicaciones clínicas y de salud pública, por ejemplo, en la población de Estados Unidos de =18 años, puesto que la prevalencia ajustada por edad de prediabetes aumentó de un 29% en 1999-2002 hasta un 36 por ciento en 2007-2010. Muchos otros países, desarrollados como en desarrollo, también están viendo un gran aumento en el número de personas con diabetes tipo 2 y prediabetes en toda regla”, según los autores.
Teniendo en cuenta la alta prevalencia de prediabetes, así como la asociación sólida y significativa entre la prediabetes y el cáncer demostradas esta investigación, sus autores consideran que una intervención con éxito en esta gran población podría tener un impacto importante de salud pública. “Cabe señalar que ahora se cree que la metformina, una de las varias terapias de primera línea disponibles para tratar la diabetes tipo 2, tiene algunas propiedades ‘protectoras’ contra el cáncer”, añaden los científicos.
Según estos expertos, la metmorfina influye en una reducción de aproximadamente un 30% en el riesgo de por vida de cáncer en los pacientes diabéticos, pero matizan que no se sabe si esto ocurre también en individuos prediabéticos. Por ello, piden estudios a gran escala de los individuos de alto riesgo, especialmente aquellos con intolerancia a la glucosa o una combinación de IGT y IFG, para explorar los efectos de las intervenciones de metformina sobre el riesgo de cáncer en personas con prediabetes.
Fuente: Medical Research News and Interviews
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