Ingredientes: (4 porciones)
Leche descremada en polvo: 5 cucharadas de las soperas
Salvado de trigo: 6 cucharadas de las soperas
Salvado de avena: 6 cucharadas de las soperas
Huevos: 2 unidades
Pimienta: cantidad suficiente
Sal: tratar de evitarla
Queso mozzarella rallado: 200 g
Orégano para espolvorear
Salsa de tomate sin fritar:
Tomate peritas al natural en lata: ½ lata
Ajo picado: 1 diente picado
Cebolla picada: ½ unidad
Ají morrón picado: ½ unidad
Laurel: 1 hoja
Orégano: 1 cucharadita de las de té
Preparación de la salsa:
En un recipiente colocar 1 cucharadita de aceite, extraer excedente con servilleta de papel. Colocar el tomate, el ajo picado, la cebolla y el aji picados y el laurel. Cocinar lentamente. Condimentar con orégano.
Preparación de la pizza:
Reservar el queso en la heladera, mientras se prepara la pizza, para poder rallarlo con facilidad antes de colocarlo para gratinar.
Picar los tomates y cocinarlos en un sartén con el diente de ajo, orégano y ají molido, hasta que el jugo se seque un poco, alrededor de 5 minutos.
Precalentar el horno. Mezclar en un bol la leche en polvo, el salvado de trigo y de avena. Agregar los huevos y mezclar para formar una masa compacta y que se desprenda del bol.
Lubricar una pizzera N° 24 o 26 con rocío vegetal y extender la masa, humedeciéndose las manos para poder realizarlo con facilidad. Cocinar en horno hasta que dore alrededor de 15 minutos.
Retirar el queso y rallarlo. Reservarlo.
Retirar la pizza del horno, darla vuelta para que la parte crocante de la superficie quede abajo y cubrir con la salsa de tomate y el queso.
Gratinar hasta que el queso esté derretido y espolvorear con orégano antes de cortarla para servir.