Basta de creer que las dietas disociadas son las mejores. Pensemos en las herramientas que tenemos a través de la combinación de alimentos que nos ayudarán a mejorar la saciedad y como consecuencia, no seguir métodos que no fomentan las conductas correctas alimentarias en beneficio de nuestra salud.
Las grasas y las proteínas tienden a retardar el vaciamiento gástrico. Al consumir glúcidos (Hidratos de Carbono) en conjunto con estos macronutrientes, seguramente su índice glucémico (IG) será menor y ¿qué es el índice glucémico? Se ha comprobado que distintos alimentos con la misma cantidad de carbohidratos tienen efectos diferentes en el nivel de azúcar en la sangre.
Por ejemplo 30 g de los carbohidratos que contiene el pan pueden no tener el mismo efecto que 30 g de los carbohidratos de la de fruta o la pasta. Es decir que el IG es un modo de valorar los alimentos que contienen carbohidratos según el grado en el que se eleva la glucemia sanguínea tras su consumo.
La absorción de los almidones será más lenta si incorporas grasas útiles, como las que aporta el maní, y proteínas, como la que está presente en las pastas al huevo (que tienen albúmina, que es una proteína).
El flan dietético también es útil porque combina proteínas de la leche descremada (lactosa, de bajo I.C.), azúcares (glucosa, de alto I.C., y fructosa, de bajo I.C.), grasas de la yema de huevo y proteínas de la clara. La albúmina en cierto modo secuestra la glucosa y hace que la absorción del flan sea más lenta.
Algo similar sucede con los panes integrales; cuanto más grande sea la fibra que incluyen, más lenta es su absorción. El pan de centeno tiene granitos del cereal que bajan su I.C.
Las tostadas industriales son panes a los que se les extrae el agua. Al ingerirlas, la respuesta glucémica es violenta. Por lo tanto, es mejor el pan fresco; si quieres, tuéstalo un poquito, pero que no lo reseques.
El pan con semillas de girasol tiene ácidos grasos mono y poliinsaturados, además de un interesante aporte de fibra, y su I.C. es bajo. No te asustes por su contenido de grasas, pues son del tipo saludable.
Las semillas de girasol, lino y sésamo, lo mismo que las almendras, las avellanas y el maní, aportan grasas monoinsaturadas imprescindibles para completar nuestra alimentación. Las nueces proveen grasas poliinsaturadas.
Por estas razones: sigue un plan alimentario que aporten todos los nutrientes, que te den saciedad y que no tengas que sufrir privaciones y posibles enfermedades por haber elegido un método que no ayuda a aumentar tu calidad de vida.
Te invito a que te hagas fan en FACEBOOK de ALIMENTA TU VIDA y Alicia Crocco Lic. en Nutrición. Una vez que ingresas a dichas páginas, en el sector que dice “me gusta”, haces clic y listo.
Te espero.