Advierten sobre riesgos nutricionales de las dietas veganas

En los últimos años, creció la popularidad de las dietas vegetarianas, fundamentadas en consideraciones éticas, cuestiones medioambientales, factores religiosos e incluso problemas de salud. La difusión de los resultados de grandes estudios poblacionales que demuestran que la alimentación sin carne se asocia con menor riesgo de obesidad y enfermedades crónicas también determina un creciente interés en el tema por parte de la comunidad científica.

En este contexto, la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) elaboró una “Posición” referente a este tipo de dietas. “Consideramos que el vegetarianismo es un tipo de alimentación que cada vez cobra más adeptos y que la SAN, como entidad rectora de la Nutrición en nuestro país, no puede estar ajena al respecto”, explicó el doctor César Casávola, presidente del organismo.

En un documento elaborado desde el Grupo de Trabajo Alimentos, que coordina el doctor Raúl Sandro Murray, vicepresidente de la SAN, se hace principal énfasis en los dos grupos principales de vegetarianos: los ovolactovegetarianos, aquellos que no comen carnes pero sí consumen huevo, leche y sus derivados; y los veganos, quienes rechazan cualquier alimento de origen animal y sólo aceptan lo que proviene del reino vegetal.

Si bien las estimaciones de cuántos vegetarianos y veganos habitan Argentina son muy variables debido a la falta de datos oficiales,  Murray informó que “representarían en nuestro país entre el 1% y 2 % de la población”. Agregó que el aumento de seguidores de este tipo de alimentación “se da en proporciones geométricas” y que “es muy difícil hacer una proyección, pero cada vez se encuentran más pacientes que consultan para aprender a ser vegetarianos”.

Mientras a los ovolactovegetarianos la SAN no los considera una población de riesgo, “ya que con los derivados de animales que agregan a su dieta suplen perfectamente la carencia proteica que una alimentación basada exclusivamente en vegetales les pudiera ocasionar”, la entidad  advirtió que “hay que poner un cuidado especial en los veganos, dado que existen nutrientes cuya carencia es potencialmente preocupante en este tipo de alimentación”. Entre ellos, menciona a la vitamina B12, los ácidos grasos omega 3, hierro, calcio, vitamina D, zinc y, en menor medida, las proteínas y el iodo.

Según Murray, ya se evidencian en las consultas clínicas problemas graves relacionados con las crecientes restricciones alimentarias. “Lamentablemente, muchas personas que adoptan estas dietas no toman los suficientes recaudos y son derivados por colegas para que tratemos de orientarlos”, explicó. El experto añadió que “el primer signo que se observa en aquellos pacientes que realizan un control periódico es la anemia megaloblástica por falta de vitamina B 12, lo cual puede tener un tratamiento sintomático y retornar a valores normales, pero, en quienes no se controlan,  la falta de esta vitamina conduce a alteraciones neurológicas que son muy difíciles de resolver”.

Por eso, en el caso específico de la vitamina B12, la SAN asegura que “es imprescindible la incorporación de alimentos fortificados o suplementos dietarios, ya que prácticamente no existen fuentes confiables dentro del reino vegetal, y su déficit puede producir anemia y alteraciones neurológicas”. El organismo hace un principal hincapié sobre los riesgos de esta carencia en las veganas embarazadas así como también en aquellas que están planificando un embarazo, debido a las consecuencias que puede traer en relación con la salud del feto y del recién nacido.

Adiós a la carne con orientación

Aunque, según la Sociedad Argentina de Nutrición, “una correcta alimentación vegetariana puede satisfacer adecuadamente las recomendaciones actuales de todos los nutrientes”, el uso de alimentos fortificados así como los suplementos dietarios, podrían proporcionar “un escudo eficaz contra sus eventuales carencias”.

Por otra parte, los expertos señalaron que “si bien es cierto que la población que adopta una alimentación vegetariana ha demostrado tener menos riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, dislipidemias e incluso cáncer, otros patrones alimentarios que incluyen pequeñas cantidades de pescado o carnes rojas magras también parecen ofrecer una protección significativa contra esas mismas patologías, razón por la cual es necesaria la realización de una mayor cantidad de trabajos científicos para sostenerla”.

Por último, la SAN consideró de suma importancia que si un individuo es vegetariano o decide adoptar éste tipo de alimentación, debe ser provisto de educación y orientación por parte de un profesional de la Nutrición para convertirse en un vegetariano saludable.

El trabajo completo  puede verse en www.sanutricion.org.ar

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