Según criterio profesional, hay que evitar el consumo de alimentos ultraprocesados. Priorizar los cereales integrales. Consumir productos con proteínas vegetales y suplementa con vitamina B12.
Las dietas vegetales ofrecen muchas bondades, pero algunos de los productos que permiten ingerir no son necesariamente sanos. No siempre vegetariano es sinónimo de saludable. Detectarlos pasa por prestar atención a su composición y desconfiar de ciertos ultraprocesados diseñados para sustituir ingredientes prohibidos. Por eso te damos varios consejos para que tu dieta vegana sea correcta.
En teoría, el crecimiento de la población vegetariana debería suponer un aumento del consumo de frutas, verduras y legumbres, pero la realidad no es así. La industria ha detectado un gran nicho de mercado en las indicaciones veggie o vegan y ha inundado los comercios con productos de estas características, pero sin menciones a su valor nutricional. Ocurre lo mismo que con los alimentos ultraprocesados no veganoss: resulta imprescindible leer las etiquetas para conocer qué contienen.
Los consejos para una dieta vegana sana son similares a los que se darían para otra que permitiera la carne:
- Evitar el consumo de ultraprocesados.
- Aumentar el consumo de legumbres a cuatro raciones a la semana.
- Ingerir, al menos, tres raciones de fruta y dos de verdura diarias.
- Priorizar los cereales integrales.
- Tomar productos con proteínas vegetales (tofu).
- Suplementar con vitamina B12, según criterio profesional.
En general, la alimentación vegana es una elección correcta si los ingredientes vegetales disponibles se combinan de forma adecuada y se ingieren en la cantidad suficiente para cubrir las necesidades nutricionales. El consumo de frutas y vegetales siempre es positivo, pero, al no ingerir carne y derivados, corremos el riesgo de sufrir un déficit de vitamina B12, un nutriente clave para muchos procesos biológicos y que solo aportan los alimentos de origen animal. Este tipo de dietas siempre debe suplementarse con esta vitamina.
En cuanto a los niños, hay que tener especial cuidado, ya que la ingesta de la vitamina B12 es importante para su desarrollo y crecimiento. Si los menores no van a ingerir ningún producto de origen animal, tienen que ponerse en manos de un profesional de la nutrición para que elabore una dieta que complemente sus necesidades nutricionales, y de un médico que indique la suplementación de vitamina B12.
Fuente: Consumer.es