Metales pesados: sus efectos en la salud y ecosistemas

Los metales pesados son componentes naturales de la corteza de la tierra. Algunos de ellos  como por ejemplo el Cobre, el Zinc, el Selenio son esenciales para el metabolismo, pero en concentraciones elevadas pueden ya que pueden causar daño orgánico, cambios en el comportamiento y alteraciones cognitivas.

Los síntomas específicos dependen del tipo de metal y de su concentración.

Pueden ocasionar envenenamiento a través del agua, a través de las tuberías del plomo, las altas concentraciones en el aire cerca de las fuentes de la emisión o por los alimentos que ingerimos que lo contienen en abundancia.

¿Por qué son peligrosos?

Se debe a que se acumulan sustancias químicas en organismos vivos de manera que alcanzan concentraciones más elevadas que las concentraciones en su medio o en los alimentos.

¿Qué es la contaminación por metales pesados?

La actividad industrial y minera emite al ambiente metales tóxicos como plomo, mercurio, cadmio, arsénico y cromo, muy dañinos para la salud humana y para la mayoría de formas de vida. Además, los metales originados en las fuentes de emisión generadas por el hombre (antropogénicas), incluyendo la combustión de nafta con plomo, que respiramos y que nos enfermamos ya que se encuentran en el ambiente suspendido en el aire. Por otro lado, las aguas residuales no tratadas, provenientes de minas y fábricas, llegan a los ríos, mientras los residuos industriales contaminan las aguas subterráneas. Cuando se abandonan metales tóxicos en el ambiente, contaminan el suelo y se acumulan en las plantas y los tejidos orgánicos.
Lo peligroso es al no ser química ni biológicamente degradables. Una vez emitidos, pueden permanecer en el ambiente durante cientos de años. Además, aumenta su concentración en los seres vivos cuando se ingieren plantas o animales contaminados que pueden ocasionar síntomas de intoxicación. De hecho, la toxicidad de estos metales ha quedado documentada a lo largo de la historia: los médicos griegos y romanos ya diagnosticaban síntomas de envenenamientos agudos por plomo mucho antes de que la toxicología se convirtiera en ciencia.

Daños para la salud

La exposición a estos elementos está relacionada con problemas de salud como retrasos en el desarrollo, varios tipos de cáncer, daños en el riñón, e, incluso, con casos de muerte.
La relación con niveles elevados de mercurio, oro y plomo ha estado asociada al desarrollo de la autoinmunidad (el sistema inmunológico ataca a sus propias células tomándolas por invasoras). La autoinmunidad puede derivar en el desarrollo de dolencias en las articulaciones y el riñón, tales como la artritis reumática, y en enfermedades de los sistemas circulatorio o nervioso central.

Fuente: larioja.org

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