Una enfermedad poco conocida pero en crecimiento, donde los alimentos pueden provocar reacciones similares a una alergia. ¿Qué papel juega la nutrición y cómo abordarla?
Introducción:
El cuerpo reacciona. Aparecen los síntomas como urticaria, fatiga, mareos o dolores abdominales, pero los estudios convencionales no revelan alteraciones. En los últimos años, un número creciente de personas está recibiendo un diagnóstico poco conocido: Síndrome de Activación de Mastocitos (SAM). Este condición inmunológica puede desencadenarse por factores tan cotidianos como ciertos alimentos. En esta nota se explicará en qué consiste y cómo abordarlo desde la nutrición clínica.
Por Lic. Alicia Crocco – Nutricionista especializada en obesidad y enfermedades asociadas
Desarrollo:
¿Qué es el Síndrome de Activación de Mastocitos (SAM)?
El SAM es un trastorno inmunológico caracterizado por una liberación inapropiada o excesiva de mediadores inflamatorios por parte de los mastocitos. Estas células forman parte del sistema inmunológico y actúan como primera línea de defensa ante agentes extraños. Sin embargo, en personas con SAM, los mastocitos se activan ante estímulos mínimos —como alimentos comunes, cambios de temperatura, estrés o medicamentos— y generan síntomas multisistémicos que pueden comprometer la piel, el aparato digestivo, el sistema cardiovascular o el sistema nervioso.
Una revisión publicada en Frontiers in Immunology (2023) destaca que los síntomas del SAM pueden confundirse fácilmente con cuadros de intestino irritable, intolerancias alimentarias, histaminosis o incluso trastornos de ansiedad.
Los alimentos comúnmente involucrados incluyen mariscos, quesos curados, embutidos, vino tinto, tomate o chocolate. No se trata de una alergia mediada por IgE, sino de una respuesta inflamatoria exagerada.
¿Qué se puede hacer desde la nutrición?
Rol de la Histamina y la Enzima DAO
La histamina es uno de los principales mediadores liberados por los mastocitos. Algunas personas con SAM presentan una actividad reducida de la enzima diaminooxidasa (DAO), responsable de degradar la histamina en el intestino. Este déficit puede aumentar la histamina circulante y potenciar los síntomas.
Existen tres tipos de alimentos problemáticos:
1. Alimentos ricos en histamina (deben evitarse):
- Embutidos y carnes procesadas
- Pescados en conserva (atún, sardinas, anchoas)
- Quesos curados
- Vino, cerveza y otras bebidas fermentadas
- Chucrut, vinagre, salsa de soja
- Tomate, berenjena, espinaca
- Frutas cítricas, frutilla, banana, kiwi
- Chocolate, cacao, frutos secos
2. Alimentos liberadores de histamina:
- Clara de huevo
- Mariscos
- Alcohol
- Frutas tropicales (piña, papaya)
- Aditivos como glutamato monosódico, benzoato y sulfitos
3. Alimentos o sustancias que inhiben la DAO:
- Alcohol
- Té verde y negro
- Bebidas energizantes o con cafeína
- Algunos medicamentos (consultar interacción)
¿Qué son los inhibidores de la DAO?
Los inhibidores de la DAO son sustancias que disminuyen o bloquean la actividad de esta enzima, dificultando la eliminación de histamina y favoreciendo su acumulación. Esto puede generar síntomas similares a los de una alergia, incluso sin presencia de una reacción inmunológica clásica.
Principales inhibidores:
A. Sustancias alimentarias:
- Alcohol (uno de los más potentes)
- Té verde y negro
- Bebidas energizantes
- Alimentos ultraprocesados con conservantes o aditivos
B. Medicamentos frecuentes:
- Antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, aspirina)
- Antidepresivos tricíclicos y algunos inhibidores de la MAO
- Antihipertensivos como el verapamilo
- Antibióticos (ácido clavulánico, cefalosporinas)
- Antihistamínicos de primera generación (pueden alterar el equilibrio del sistema)
Enfoque Nutricional Personalizado
El tratamiento nutricional debe adaptarse a cada caso. La estrategia más aceptada es comenzar con una dieta baja en histamina durante 4 a 6 semanas, con seguimiento clínico y reintroducción paulatina de alimentos para evaluar tolerancia individual.
Estrategias recomendadas:
- Eliminar temporalmente los alimentos con alto contenido de histamina y los liberadores/inhibidores de DAO
- Priorizar alimentos frescos y mínimamente procesados
- Cocinar al momento; evitar sobras y alimentos fermentados
- Hidratarse adecuadamente con agua segura
- Incorporar suplementos cofactores de la DAO (vitamina C, B6, zinc, magnesio)
- Evaluar uso de DAO exógena en casos seleccionados
- Considerar flavonoides como quercetina o luteolina, que regulan la activación mastocitaria
- Atender problemas intestinales como disbiosis o permeabilidad aumentada
Abordaje Multidisciplinario:
El manejo del SAM requiere un equipo interdisciplinario: nutrición clínica, inmunología, gastroenterología y, en muchos casos, apoyo psicológico. El estrés puede ser un disparador importante, por lo que la contención emocional y la educación alimentaria son fundamentales.
Reflexión Final:
“Cuando el cuerpo reacciona a lo que debería nutrir, el conocimiento se transforma en medicina. Escuchar al organismo y elegir con conciencia puede cambiar el curso de una enfermedad silenciosa.”
Comprender lo invisible puede marcar la diferencia en la vida de quienes padecen este síndrome. La nutrición bien aplicada no solo mejora síntomas, sino que puede devolver calidad de vida.
Resumen:
El Síndrome de Activación de Mastocitos es una condición emergente que provoca reacciones sistémicas ante alimentos ricos en histamina. La intervención nutricional personalizada, basada en evidencia, resulta clave para el manejo sintomático y la mejora del bienestar general. Se recomienda el acompañamiento profesional y un enfoque integral.
Bibliografía:
Afrin, L.B. et al. (2023). Updates in Mast Cell Activation Syndrome. Frontiers in Immunology.
Valent, P. et al. (2022). Contemporary Diagnostic Criteria and Challenges in Mast Cell Activation Disorders. Journal of Allergy and Clinical Immunology.
Theoharides, T.C. (2024). Mast Cells and the Brain–Gut Axis: Role in MCAS and Food Intolerance. Nutrients.