Esclerodermia ¿Cómo influye la alimentación?

La esclerodermia es una enfermedad autoinmune que endurece la piel y los órganos en distintos grados. Es una enfermedad crónica, por lo que el tratamiento consiste en el minimizar los efectos, evitando que se agraven. Además de los tratamientos aconsejados por los médicos, la alimentación resulta clave para una mejor calidad de vida. Favorece la inclusión de alimentos ricos en hierro, entre ellos carne roja, y otras en mejor proporción, legumbres, conjuntamente con cítricos y/o verduras de hoja verde para ayudar a la absorción del hierro.

La esclerosis sistémica es una enfermedad del tejido conectivo caracterizada por inflamación y fibrosis de múltiples órganos (piel, aparato digestivo, pulmón, riñón y corazón). Después de la piel, el órgano más afectado, con una frecuencia del 75 al 90%, es el tracto gastrointestinal.

La afectación del tracto gastrointestinal se manifiesta por la aparición de disfagia orofaríngea, disfagia esofágica, reflujo gastroesofágico, gastroparesia, seudoobstrucción, sobrecrecimiento bacteriano y malabsorción intestinal, estreñimiento, diarrea y/o incontinencia fecal. Estas afectaciones condicionan la ingesta alimentaria y la absorción intestinal y conducen a la aparición progresiva de deficiencias nutricionales. Alrededor de un 30% de los pacientes con esclerosis sistémica presentan un riesgo de malnutrición. En el 5-10%, los trastornos gastrointestinales son la principal causa de muerte.

Las estrategias terapéuticas existentes en la actualidad son limitadas y están dirigidas a reducir la sintomatología clínica. El manejo multidisciplinar de dichos pacientes, que incluya la intervención nutricional, contribuye a mejorar la sintomatología gastrointestinal, además de evitar la malnutrición, la morbilidad y aumentar la calidad de vida.

Se la considera una enfermedad rara, que afecta a 3 de cada 10.000 habitantes en el mundo, con una mayor incidencia en mujeres de entre 35 y 40 años.

Muchos de quienes la padecen desarrollan el fenómeno de Raynaud, que afecta a los vasos sanguíneos, sobre todo a los que están en los dedos de las manos y de los pies, generando un color azul en las zonas afectadas.

Los síntomas de esta patología son el cansancio y la debilidad, dolor articular y muscular e hinchazón en las manos. También pueden verse afectados los órganos, como el corazón, el esófago y el intestino, los pulmones y los riñones.

Más allá de los tratamientos aconsejados por los médicos, el Dr. Ernesto Crescenti, médico, investigador y Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti”, destacó que la alimentación puede ayudar a tener una mejor calidad de vida.

– Evitar el consumo de cafeína. Un 30% de los pacientes con esclerodermia desarrollan problemas en distintos órganos, sobre todo en los riñones. Hay que evitar el consumo de cafeína porque incrementa el riesgo de que se creen cálculos renales, además de que recrudece el daño renal en personas que sufren una enfermedad de riñón.

– Dejar de fumar. Siempre es saludable dejar de fumar, aunque la persona esté sana. En concreto, los pacientes con esclerodermia deben dejar atrás el tabaco porque este aumenta las complicaciones circulatorias de los dedos.

– Hidratarse de forma adecuada. Beber mucha agua durante todo el día ayudará a mantener la hidratación de los tejidos, además de que facilitará la deglución e ingesta de alimentos. Esta puede verse afectada en el caso de tener problemas en el tracto gastrointestinal, que afecta a gran parte de los que padecen esclerodermia.

-Consumir alimentos ricos en hierro: carne roja, y otras en mejor proporción, legumbres, conjuntamente con cítricos y/o verduras de hoja verde para ayudar a la absorción del hierro.

– Ingerir aceites omega 3, omega 6 y alimentos con antioxidantes, ya que son sustancias inmunoreguladoras que ayudan a mantener la flexibilidad de las membranas celulares, asegurando la nutrición celular.

– Eliminar de nuestra dieta cereales y harinas refinadas, ya que no aportan tantos nutrientes como los integrales, espesan la sangre y activan los dolores óseos, además de que no permiten que se absorba bien el calcio y el hierro.

– Evitar alimentos pegajosos o secos si se tiene problemas con la deglución. Sustituirlos por alimentos blandos como legumbres, purés o cremas de verduras, huevos revueltos, fruta triturada o en compota, queso fresco, etc.

– Eliminar de la limentación el alcohol. El alcohol estimula la producción de ácido en el estómago y retarda el vaciado gástrico, algo perjudicial para los pacientes que presentan problemáticas gastrointestinales.

– Comer alimentos con fibra, como cereales integrales, frutas, verduras y legumbres, para ayudar al tránsito intestinal. Eso sí, dependiendo de las complicaciones derivadas de los problemas gastrointestinales, la ingesta de fibra deberá ser más controlada.

– Humedecer ciertos alimentos para favorecer su deglución o suavizarlos con aceite, manteca o salsas.

Además, los problemas gastrointestinales de la esclerodermia pueden derivar en casos leves y graves de desnutrición. Para evitarla, hay que comer entre cinco o seis veces al día, beber entre un litro y medio y dos de agua cada día y consumir helados, jugos, infusiones y sopas.

Fuente: Gasetamercantil.com

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