¿Cómo calcular tu edad biológica?

La edad biológica se puede calcular midiendo ciertos biomarcadores que, según los científicos, se correlacionan con el envejecimiento. Se trata de cambios como las alteraciones químicas en el ADN que afectan la capacidad de tus células de duplicarse.

¿Qué es la edad biológica?

La definición de edad biológica está basada en dos tipos: la edad cronológica que es la que está determinada por el tiempo, y es a la que le sumas un año en cada cumpleaños y la otra, es la edad biológica que está determinada por factores externos como: La genética. El estilo de vida. Los hábitos alimenticios.

El estilo de vida que llevemos a lo largo de toda nuestra vida determina cómo se va deteriorando nuestro sistema inmunitario.

La genética tiene importancia en el envejecimiento del sistema inmunitario: los genes tienen que ver un 25 %.

Otro factor importante es nuestro historial de infecciones. Pero, sobre todo, el estilo de vida que llevemos es determinante en el deterioro del organismo y de nuestro sistema de defensas.

Además influye el embarazo de nuestra madre, la lactancia como también las vacunas en la niñez.

Nuestros hábitos influyen en el cálculo de la edad biológica.

El declive comienza a los 20 años.

El envejecimiento es un proceso biológico que empieza tras finalizar el desarrollo, al alcanzar los 20 años. A partir de esa edad, el sistema inmunitario se deteriora un 2-3 % al año, tanto en el número de células como en sus funciones. En unos casos estas responden menos, pero en otros hay un exceso de respuesta que genera una inflamación y luego deriva en el desarrollo de enfermedades asociadas con la edad, como el cáncer, patologías cardiovasculares, autoinmunes.

¿Cómo calcular la edad biológica?

El estilo de vida va a determinar en gran medida cómo se encuentran nuestras defensas. La vida sedentaria, la mala alimentación, el consumo de alcohol y el tabaco, el  estrés.

Todo ello va a aliarse a la hora de deteriorar nuestro organismo, y probables problemas más graves que se asocian a edades más avanzadas. “Si a una mala genética le sumas un mal estilo de vida, el resultado es que vas a vivir mucho menos tiempo y con peor calidad de vida.

La edad cronológica no es lo mismo que la edad biológica.  Por eso hay jóvenes con salud de ancianos y personas añosas con salud de adulto joven, ya que la edad cronológica es la que marca el reloj. Pero luego está la biológica, que es la velocidad a la que esa persona está envejeciendo, puede variar muchísimo respecto a la edad que marca la partida de nacimiento.

En general, son mayoría las personas que supuestamente están sanas (sin ningún problema de salud) y que tienen una edad biológica mayor que la cronológica.

Esto puede deberse a que las situaciones del estrés son difíciles de afrontar, no se lleva a cabo una alimentación adecuada. Se tiende al sedentarismo. Por eso en estas personas se encontrará una edad biológica mayor que la que les corresponde cronológicamente y por lo tanto, van a presentar menor años de vida.

La buena noticia es que se puede intervenir en cualquier momento y revertir la situación.

Por eso, aliméntate bien.

Realiza actividad física a diario sin excusas.

Descansa adecuadamente a las noches.

Actitud positiva. Nos llevará a un más lento envejecimiento en condiciones físicas y cognitivas mejores.

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