Durante el climaterio, muchas mujeres enfrentan cambios hormonales que pueden afectar su perfil lipídico. Adoptar un enfoque integral es clave para proteger la salud cardiovascular y mejorar la calidad de vida.
Introducción:
El climaterio representa una etapa de transición natural en la vida de la mujer, que se acompaña de importantes cambios hormonales, metabólicos y emocionales. En este contexto, es frecuente la aparición o el agravamiento de dislipemias —alteraciones en los niveles de colesterol y triglicéridos— que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular. Esta nota propone un enfoque integral, centrado en hábitos sostenibles y personalizados.
Por Lic. Alicia Crocco – Nutricionista especializada en obesidad y enfermedades asociadas
Desarrollo:
1. Comprender los cambios del climaterio
La reducción de estrógenos que se produce durante esta etapa contribuye al aumento del colesterol LDL (colesterol “malo”) y la disminución del colesterol HDL (colesterol “bueno”). También puede favorecer el aumento de peso, la resistencia a la insulina y la inflamación sistémica.
2. Diagnóstico y evaluación personalizada
Es fundamental contar con un control clínico y bioquímico actualizado. Se recomienda evaluar: perfil lipídico completo, glucemia, presión arterial, índice de masa corporal (IMC), circunferencia abdominal y antecedentes familiares.
3. Alimentación cardioprotectora adaptada a la etapa
Aumentar el consumo de vegetales, frutas frescas, legumbres y cereales integrales.
Elegir proteínas magras como pescado, pollo sin piel, huevos, tofu o legumbres.
Reducir grasas saturadas y eliminar las grasas trans. Priorizar aceites crudos como el de oliva extra virgen.
Incluir alimentos funcionales como semillas, avena, chía, lino y frutos secos sin sal.
Evitar azúcares simples y alcohol en exceso.
Controlar el tamaño de las porciones y los horarios de comida.
4. Actividad física sostenida y variada
Combinar ejercicios aeróbicos (caminar, nadar, bailar) con ejercicios de fuerza y flexibilidad mejora el perfil lipídico, regula el peso corporal y disminuye la ansiedad.
5. Manejo emocional y del estrés
El climaterio puede estar acompañado de insomnio, irritabilidad o tristeza. Estrategias como el descanso adecuado, la respiración consciente, la actividad placentera y, si es necesario, el apoyo psicológico, son herramientas fundamentales.
6. Apoyo profesional y motivación constante
Un equipo de salud que escuche, acompañe y personalice el tratamiento es clave para lograr y sostener los cambios.
Reflexiones:
La salud cardiovascular no depende solo de las cifras del laboratorio, sino de un equilibrio entre alimentación, emociones, actividad física y autocuidado. El climaterio no debe ser visto como una etapa de declive, sino como una oportunidad para fortalecerse y reconectar con el bienestar.
Resumen:
El climaterio aumenta el riesgo de dislipemias, pero con un enfoque integral —que incluya una alimentación equilibrada, movimiento físico regular, contención emocional y controles médicos— es posible mejorar significativamente la salud cardiometabólica. La intervención nutricional temprana y personalizada es una herramienta poderosa para prevenir enfermedades y vivir con mayor vitalidad.
“El climaterio no es una pausa en la vida, es una nueva etapa que exige decisiones conscientes: cuidar el corazón, equilibrar los lípidos y abrazar una nutrición que sostenga tu salud y tu energía todos los días.”
Bibliografía:
Rossouw, J.E. et al. (2023). Menopause, Lipids, and Cardiovascular Risk. Journal of Women’s Health.
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