No cuentes calorías, sino que aprende a distinguir todos aquellos alimentos que te van a producen saciedad, que van a estar el mayor tiempo posible para que las ingestas se efectúen en el tiempo correspondiente, sabiendo distinguir todos los principios nutritivos que hacen que tu calidad de vida vaya mejorando.
El valor de saciedad se relaciona con el índice glucémico de los alimentos (es una medición numérica que muestra la velocidad con que el sistema digestivo convierte los glúcidos o hidratos de carbono de un alimento en glucosa y la hace llegar al torrente sanguíneo.
Cuanto más alto sea ese pico y cuanto menor sea el tiempo en alcanzarlo, más rápida será la secreción de insulina por parte del organismo y menor su poder de producir saciedad.
Por lo tanto, a igual número de calorías, es mejor un alimento con bajo índice glucémico (que provoca mayor saciedad, ver tabla de índice glucémico capítulo 3).
Por ejemplo, el pan integral fresco (sin tostar) en lugar de tostado, o una banana no madura en vez de una manzana.