Celulitis: ¿se relaciona con la obesidad?

El tema Celulitis, a todas las mujeres nos inquieta, porque muchas la padecen. Por información incorrecta es común creer que esta afección se relaciona con la obesidad. Esto no es cierto, salvo en el caso de la celulitis generalizada.

La celulitis es un síndrome propio de la mujer. Ataca el tejido conjuntivo y afecta la estética con edemas (acumulación de líquidos) que se pueden localizar en rostro, nuca, tronco, abdomen, piernas o brazos.

El hábito de fumar y el uso de corticoides favorecen su aparición. El tabaquismo endurece las arterias y afecta aun más la oxigenación del tejido celulítico, ya comprometida de por sí. Los corticoides producen retención de agua y sodio con formación de edemas.

Si además existe constipación, las sustancias tóxicas pasan del intestino a la sangre, se depositan en el hígado y perjudican su funcionamiento.

Se reconocen diversas formas clínicas de celulitis, que se pueden clasificar según su distribución en el cuerpo, su consistencia y su grado de evolución.

 

Según su localización

  • Celulitis generalizada: Es la más frecuente y la más difícil de tratar. Aparece en las mujeres obesas que presentan malos hábitos alimentarios. Por lo general comienza en la pubertad y va acompañada de obesidad más acentuada en los miembros inferiores, con trastornos circulatorios. A partir de los 20 años de edad se registran bruscos aumentos de peso debidos a embarazos y partos. Al entrar en los 40 años la obesidad se hace más evidente y aparecen los primeros síntomas de artrosis. Durante la menopausia se observa un incremento del proceso, con degeneración del tejido celular subcutáneo desde la nuca hasta los tobillos.
  • Celulitis localizada (en rostro, nuca, tronco, abdomen, región lumbosacra, miembros superiores e inferiores): Produce fenómenos dolorosos.

 

Según su consistencia

  • Celulitis dura: Se da en mujeres jóvenes de buen físico, casi siempre deportistas o bailarinas. No existen edemas y la tonicidad muscular es buena, lo que hace difícil el reconocimiento; no obstante, la prueba de pellizcar la piel revela lo que se conoce como “piel de naranja”.
  • Celulitis blanda o flácida: Típica de personas sedentarias o que abandonaron la actividad física. En algunos casos existe tendencia hereditaria a padecerla en forma temprana, en la niñez y en la pubertad. También aparece después de dietas muy severas, con brusco descenso de peso.
  • Celulitis edematosa: Se localiza en miembros inferiores y puede ocasionar dolores y dificultad para la movilización. Aunque se presenta en todas las edades, es más frecuente en la pubertad y la adolescencia; las mujeres adultas que la padecen declaran haber tenido piernas gruesas en esos períodos. La formación de piel de naranja desde sus inicios favorece el diagnóstico precoz.
  • Celulitis mixta: Las formas anteriores no suelen encontrarse puras, sino en combinaciones; por ejemplo, celulitis dura en la parte externa del muslo y flácida en la parte interna.

 

Según su evolución

  • Primera etapa: Síndrome premenstrual.
  • Segunda etapa: Celulitis (alteración del tejido conjuntivo).
  • Tercera etapa: Alteraciones circulatorias en miembros inferiores.

 

Consejos básicos

  • Respeta los horarios de comidas; fuera de ellos consume sólo frutas, jugos naturales, té o yogur descremado.
  • Bebe 8 vasos de agua por día. No consumas alcohol, soda ni gaseosas.
  • Suprime la sal o redúcela al mínimo. Realza el sabor de las preparaciones con hierbas, especias, condimentos y jugo de limón.
  • Come con lentitud, en un ambiente tranquilo, y mastica lo suficiente.
  • Elige carnes y lácteos magros.
  • Reemplaza los caldos por 1/2 vaso de jugo de naranja completado con agua mineral.
  • Usa ropa holgada y zapatos cuyo taco no exceda los 4 cm.
  • Eleva las piernas durante un tiempo o levanta unos 15 cm los pies de la cama.
  • Practica caminata rápida, ciclismo, natación o jogging. La intensidad debe ser suave al principio e incrementarse gradualmente. Lo ideal es dedicar 1 hora 3 veces por semana.
  • Evita los factores agravantes:

* gimnasia extenuante (correr o saltar)

* masajes agresivos

* cintas vibratorias

* sedentarismo

* pasar mucho tiempo sentada o de pie

* fumar

* usar ropa muy ajustada

 

alimentos prohibidos

  • Carnes rojas o pescados ahumados, achuras, anchoas, caviar, cerdo, corned beef
  • Embutidos (chorizos, salames), fiambres (panceta, jamón crudo)
  • Comidas muy elaboradas o con mucho picante
  • Comidas enlatadas o envasadas (sardinas, paté de foie)
  • Frutas secas (maníes, nueces), frutas en almíbar, aceitunas, pickles
  • Galletitas saladas, postres muy dulces
  • Cremas, helados de crema, lácteos no descremados
  • Frituras, salsas fritas y muy condimentadas
  • Aderezos que contengan grasas (mayonesa, salsa golf)
  • Caldos concentrados, sopas en lata o en sobre
  • Gaseosas, jugos artificiales
  • Bebidas alcohólicas (cerveza, vino destilados)
  • Café, chocolate

 

 

Guerra a las toxinas

En el tratamiento de la celulitis es de gran importancia un plan nutricional que permita la eliminación de toxinas. Debe facilitar la evacuación intestinal, evitar la sobrecarga del hígado y activar la función renal.

Algunas toxinas se originan en la acumulación de desechos orgánicos y otras provienen del alcohol, el tabaco, el café, las sustancias químicas que se agregan a alimentos elaborados, los cosméticos, las tinturas y las descargas hormonales propias del ciclo menstrual, el embarazo o el estrés.

La mala alimentación, la retención de líquidos y la constipación son factores que ocasionan una sobrecarga a nivel hepático e impiden que se efectúe debidamente la desintoxicación. Por el contrario, los recursos que mencionaré seguidamente contribuyen a que se cumpla esa función.

Depuración alimentaria

Uno de sus pilares es la incorporación de alimentos con propiedades diuréticas, es decir, que permiten orinar bien. Ellos son: berro, calabaza, cebolla, espárrago, hinojo, puerro, rabanito, repollo, ananá, manzana y uva.

Además es necesario incluir alimentos ricos en yodo: arroz integral, yema de huevo, algas, pescados (en especial salmón, bacalao y atún en aceite), mariscos, ajo, alcaucil, arveja, berro, cebolla, chaucha, espinaca, hongos, lechuga, nabo, puerro, repollo, tomate, zanahoria, banana, frutilla, pera, pomelo. Como también son diuréticos, facilitan la asimilación, la digestión y la eliminación.

 

 

Depuración pulmonar

Para aumentar la capacidad pulmonar y la renovación del aire residual es fundamental que aprendas a respirar correctamente y practiques ejercicios sencillos varias veces por día. Inspira lenta y profundamente por la nariz hasta que se expandan bien tus pulmones, mantén el aire durante 5 segundos y luego exhálalo lentamente por la nariz hasta vaciar por completo los pulmones.

Otra forma consiste en efectuar caminatas diarias, acompañadas de ejercicios respiratorios, en parques con árboles. Esto te ayudará a liberar las tensiones y a calmar los nervios.

La gimnasia y el deporte son indispensables porque ejercen una acción estimulante sobre la respiración.

 

Depuración a través de la piel

La función desintoxicante que cumple la transpiración se puede incrementar mediante un baño sauna o turco, previa ingesta de más de 1 litro de agua mineral.

El sauna procede del noroeste europeo. Es un baño de aire caliente con emanaciones de vapor alternadas con agua fría. Constituye un poderoso estímulo para el metabolismo.

El baño turco es caliente por vapor de agua. Produce una vasodilatación que mejora el aporte de nutrientes y de oxígeno al tejido dañado.

 

Depuración renal

Se basa en la restricción del consumo de sal y la ingesta diaria de más de 1 litro de agua. Es importante que lo bebas en cantidades pequeñas a lo largo del día. Durante las comidas ingiere sorbos de agua junto con los alimentos, para facilitar su absorción, digestión y evacuación.

Resultará útil que adquieras el hábito de consumir infusiones que contengan sustancias diuréticas naturales, como:

  • Té de barba de choclo: Hervir 45 g en 1/2 litro de agua durante pocos minutos.
  • Té de cola de caballo: Hervir 30 g en 1/2 litro de agua durante 25 minutos.
  • Té de pepitas de cereza: Hervir 25 g en 1/2 litro de agua durante pocos minutos.
  • Té de ulmaria: Sobre 60 g verter 1/2 litro de agua hirviente y dejar reposar.
  • Agua de limón: Es la que te recomiendo para uso diario.

Hervir en 1 litro de agua 1 limón cortado en rodajas, con cáscara. Dejar enfriar y tomar como refresco durante todo el día.

Además, antes de cada comida principal beber ½ vaso de jugo cítrico y consumir caldo de verduras casero, colado.

Depuración intestinal

La constipación (ver constipación en  notas) es uno de los mayores problemas interrelacionados con la celulitis, pues dificulta la expulsión de desechos tóxicos.

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Te espero.

Se puede corregir mediante una dieta equilibrada, con un consumo importante de agua, y un programa de ejercicios.

 

Advertencia

Aunque la celulitis no tiene cura, existen tratamientos con aparatología y cremas específicas que logran resultados muy buenos: frenan su avance y muchos de ellos consiguen mejoras notorias.

Es fundamental que no te abandones. Consulta con un especialista en estética corporal y comprobarás que hay esperanzas de recuperación.

 

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