Su denominación más exacta es ‘Síndrome del Intestino Irritable’ (SII), es un cuadro crónico y recidivante caracterizado por la existencia de dolor abdominal y/o cambios en el ritmo intestinal, acompañados o no de una sensación de distensión abdominal, sin que se demuestre una alteración en la morfología o en el metabolismo intestinales, ni causas infecciosas que lo justifiquen. También se ha denominado colitis nerviosa, colitis espástica ó colon espástico. Todas estas denominaciones se consideran hoy erróneas e incompletas.
Los síntomas digestivos propios: Dolor y la distensión abdominales, y la alteración del ritmo intestinal con diarrea y constipación alternativamente, nauseas, flatulencia, vómitos. No existe alteraciones de la estructura intestinal.
- El dolor abdominal suele ser difuso o localizado en hemiabdomen inferior, habitualmente no irradiado, de tipo cólico, opresivo o punzante, en general leve o de moderada intensidad, con una duración inferior a las dos horas, que alivia tras la defecación y que suele respetar el sueño. El inicio o la presencia del dolor abdominal se asocia habitualmente con deseos de defecar o con cambios en la frecuencia o consistencia de las deposiciones y frecuentemente, el paciente relaciona su comienzo con la ingesta de algún alimento.
- Las alteraciones del ritmo intestinal pueden manifestarse con predominio del estreñimiento o de la diarrea, o de forma alterna diarrea-estreñimiento. La distensión abdominal y el meteorismo se desarrollan progresivamente a lo largo del día y son referidas como “exceso de gases”. Son frecuentes la saciedad precoz tras la ingesta, las nauseas, los vómitos y el ardor torácico (pirosis).
- Otros síntomas son la sensación de evacuación incompleta y la presencia de moco en las deposiciones.
Diagnóstico: Se basa en una minuciosa historia clínica junto a una completa exploración física, las cuales nos orientarán hacia la posibilidad de tratarse de un colon irritable. Entonces, para completar el diagnóstico de sospecha, deberemos realizar diversas pruebas complementarias que nos descarten la existencia de patología orgánica (diagnóstico por exclusión). Entre estas pruebas complementarias podemos incluir análisis generales y específicos de sangre, orina y heces, estudios radiológicos de abdomen con y sin contraste, ecografía abdominal y sigmoidoscopia/colonoscopia. Dependiendo de los síntomas y de la edad del paciente, determinaremos en cada caso las pruebas más adecuadas para llegar al diagnóstico.
Factores que influyen en la motilidad del colon:
- Las comidas.
- Los medicamentos.
- Las emociones.
- El estrés.
- El nerviosismo.
- La ansiedad.
- La depresión.
El plan alimentario:
Deberá contemplar el momento evolutivo de la enfermedad, para disminuir los síntomas y manejar las condiciones generales.
Dos etapas: Diarrea y constipación.
Etapa de diarrea:
Existe dolor abdominal, pérdida de agua, minerales y nutrientes.
Se deja el estómago en reposo.
Se incorporan líquidos: Agua mineral, caldos colados con el agregado de sal, caldos de frutas, agua de compota, gaseosas no colas, del tipo Seven Up, agua de arroz. Gelatina dietética.
Aproximadamente durante 4 o 5 horas comprobando que las deposiciones no siguen existiendo, se prueba tolerancia con:
No incorporar todos los alimentos juntos.
Clara de huevo.
Arroz blanco bien hervido, harina de maíz, sémola, fideos de sémola, galletitas de agua con no más del 2% de grasas, pan no integral desecado al horno con puerta abierta.
Verduras: zanahoria, zapallo, calabaza, zapallito sin piel y sin semillas.
Frutas: manzana rallada, pelada. También cocida.
Banana sin hilos y sin el centro y bien madura.
A medida que el cuadro sede, se agregan lácteos con lactosa modificada, como queso blanco magro, fresco, muzarela, ricota, yogur dietético, en pequeñas cantidades y teniendo en cuenta la tolerancia.
Respecto a las carnes, se incorporan en última instancia. Se comienzan a incorporar primero las carnes blancas, pollo, pescado, luego las rojas.
Luego, teniendo en cuenta la tolerancia, se pueden ir incorporando los vegetales cocidos como: papa, batata.
También, frutas cocidas o peladas. Luego crudas y peladas.
Cuando la función intestinal esté normalizada, se pueden incluir las frutas crudas con cáscara bien lavadas.
Las verduras de hoja, las frutas secas, las legumbres, los cereales integrales.
La inclusión de fibra debe ser en forma lenta, hasta llegar a la recomendación de 20 a 30 g. diarios, con lo cual se evitaría la constipación.
Etapa de Constipación:
· Incrementar el consumo de frutas como cítricos, kiwi, ciruelas.
Evitar la manzana, banana ni membrillo, ya que son astringentes.
· Consumir mayor cantidad de salvado de trigo (2 cucharadas de las de soperas), verduras de hoja, remolacha, legumbres.
·Aumentar el consumo de fibra entere 40 a 50 g., seleccionándola de acuerdo a los síntomas (dolor o flatulencia).
Una vez que el cuadro pasa, volver a los 25-30 g. de fibra para evitar la diarrea.
· Aportar una pequeña cantidad de ácidos grasos en cada comida, como crema, aceite, queso crema, etc.
· Lácteos: elegir leches, yogures y quesos blancos enteros.
· Tomar abundante liquido, preferentemente frío, agua, compotas, jugos, gelatinas dietéticas.
De vez en cuando, colocar en un vaso con agua: entre 4 o 5 ciruelas desecadas. Llevarlo a la heladera. Después de la cena, antes de ir a descansar, consumir las ciruelas, tomar el agua fría. Esto ejerce un efecto laxante cuando no se cocinan las ciruelas.
Recomendaciones generales:
Fuera de las etapas mencionadas, la alimentación deberá ser:
- Variada.
- Fraccionada (4 a 6 comidas) para evitar que sean muy copiosas.
- Debe aportar fibra de ambos tipos(soluble e insoluble) respetando la recomendación.
- El ingreso calórico va a depender del individuo, si tiene o no exceso de peso, de su actividad, del sexo y de otros parámetros a nivel individual.
- Debe ser armónica (hidratos de carbono 50 a 60 %, Proteínas 10 a 20 % y el resto de las calorías aportado por grasas con aumento de las monoinsaturadas y de las poliinsaturadas), encontradas a través de las frutas secas, cereales integrales, semillas, pescados azules. Etc.
- Lácteos descremados.
- Carnes magras.
- Evitar las temperaturas extremas (muy frías o muy calientes).
- Utilizar condimentos suaves y aromáticos.
- Disminuir o evitar el azúcar y la sal.
- Consumir agua durante todo el transcurso del día.
- Evitar las gaseosas, el café, las bebidas alcohólicas.
- Evitar el chicle.
- No fumar.
- Se recomienda la realización de actividad física, elegir actividades de relajación, que eviten el estrés.
Todos estos aspectos los va a contemplar un nutricionista a la hora de indicarte el plan alimentario adecuado a ti.
No existen dietas generalizadas, sino planes nutricionales que deben ser adecuados a cada situación en particular.
Te invito a que te hagas fan en FACEBOOK de ALIMENTA TU VIDA y Alicia Crocco Lic. en Nutrición. Una vez que ingresas a dichas páginas, en el sector que dice “me gusta”, haces click y listo.
Te espero.