Cuídate de las trampas presentes en alimentos funcionales

Alimentos funcionales: cuidado con las trampas

Alimentos funcionales: ¿realmente aportan beneficios o esconden azúcares ocultos? En la actualidad, los alimentos funcionales se presentan como opciones que, además de nutrir, ofrecen beneficios adicionales para la salud. Sin embargo, es fundamental analizar detenidamente estos productos, ya que no todos cumplen con los criterios científicos necesarios. Este artículo busca brindar información clara y basada en evidencia para ayudarte a identificar verdaderos alimentos funcionales y evitar posibles engaños en el mercado.

Introducción:

Los alimentos funcionales han ganado popularidad en los últimos años por sus supuestos beneficios adicionales para la salud. Sin embargo, no todos los productos etiquetados como tales cumplen con los estándares científicos que garantizan sus efectos positivos. Es esencial aprender a identificar estos alimentos y evitar caer en posibles engaños comerciales.

Por Lic. Alicia Crocco – Nutricionista especializada en obesidad y enfermedades asociadas

Desarrollo:

¿Sabías que muchos productos que se venden como “funcionales” pueden esconder azúcar y no ser tan beneficiosos como prometen?

En esta nota hablamos de los alimentos funcionales, aquellos que supuestamente aportan beneficios extra para la salud, más allá de su valor nutricional básico.

Se promocionan como aliados para el corazón, la digestión o el sistema inmune. Algunos ejemplos frecuentes son:

  • Yogures con probióticos
  • Barras “nutritivas”
  • Bebidas con fibra
  • Cereales fortificados

Pero atención: muchos de estos productos, aunque contengan algún ingrediente útil, también esconden azúcares añadidos, jarabe de maíz de alta fructosa o aditivos innecesarios que pueden ser perjudiciales.

¿Son todos los alimentos funcionales iguales?

No. Existen productos naturales que realmente cumplen una función protectora sin engaños, como por ejemplo:

  • Avena: rica en betaglucanos, ayuda a reducir el colesterol.
  • Pescados azules (sardinas, caballa): fuente real de omega 3, con efectos antiinflamatorios y protectores cardiovasculares.
  • Legumbres: ricas en fibra y proteínas, útiles para controlar la glucemia y mejorar el tránsito intestinal.
  • Frutos rojos naturales: potentes antioxidantes sin aditivos.
  • Vegetales verdes amargos (rúcula, diente de león, achicoria): beneficiosos para el hígado y el intestino.

Recomendaciones para elegir correctamente

No te dejes engañar por los envoltorios ni las promesas de marketing. Lee siempre las etiquetas con atención, desconfía si un producto tiene más de cinco ingredientes o si contiene azúcares ocultos.

Resumen:

Un alimento funcional verdadero es aquel que aporta beneficios comprobados para la salud sin ingredientes dañinos ni añadidos innecesarios. No todo lo que se presenta como “saludable” realmente lo es.

No todos los alimentos funcionales son iguales. Es esencial verificar su composición y consultar con profesionales de la salud para asegurarse de que realmente aporten beneficios sin efectos adversos.

Conclusiones:

Los alimentos funcionales pueden ofrecer beneficios adicionales para la salud más allá de la nutrición básica. Sin embargo, es esencial ser cauteloso, ya que muchos productos etiquetados como “funcionales” contienen azúcares añadidos y aditivos que pueden contrarrestar sus efectos positivos. Por ejemplo, bebidas azucaradas, cereales y jugos envasados suelen tener azúcares ocultos que incrementan el riesgo de enfermedades como diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardiovasculares .

Para identificar alimentos funcionales verdaderos, es fundamental leer las etiquetas cuidadosamente. Se recomienda evitar productos con más de cinco ingredientes y aquellos que contienen azúcares añadidos, como jarabe de maíz, maltodextrina o dextrosa.

Además, incorporar alimentos naturales y frescos, como avena, pescados azules, legumbres y frutos rojos, puede ser una forma efectiva de obtener beneficios funcionales sin los riesgos asociados a los productos procesados.

Lo funcional no siempre es funcional… si viene con azúcar disfrazada.

Bibliografía:

Fundación Española de la Nutrición (FEN). (2003). Guía de alimentos funcionales. Coordinada por el Dr. Javier Aranceta y el Prof. Lluis Serra. Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Asesoría Científica: Prof. Dr. José Mataix, Prof. Dr. Ángel Gil, Dr. Javier Fontecha, Dr. Francisco G. Muriana, Dr. Pedro Mata, Dr. Alfredo Entrala, Jesús Román Martínez, Dr. Julio Boza y Dr. Luis Baró. Asesoría Técnica: Dr. Rafael Urrialde de Andrés. Secretaría Técnica: Instituto Omega 3.

Sanitas. (2018). Alimentos funcionales.

AINIA. (2018). Alimentos funcionales: Qué son y qué beneficios aportan.

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