La higiene alimentaria es importante en todas las etapas de la vida para poder garantizar un buen estado de salud al evitar la aparición de infecciones e intoxicaciones de origen alimentario. Sin embargo, durante el embarazo estas medidas de seguridad son aún más relevantes ya que si no se aplican se puede poner en peligro la salud de la madre y en especial la del bebé. Por eso en este artículo se explicará la manera correcta de una buena higiene alimentaria en el embarazo.
¿Cuáles son las infecciones más comunes en nuestro entorno?
Casi todas las embarazadas siguen una serie de medidas de higiene y en muchos casos no saben ué infecciones o intoxicaciones previenen. Las infecciones más comunes que se previenen al seguir estas medidas son:
- Salmonelosis: por consumo de huevos crudos o pocos cocidos, aves u otras carnes también con poca cocción.
- Listeriosis: por consumo de patés, leche y productos lácteos sin pasteurizar, etc.
- Toxoplasmosis: por consumo de carnes poco hechas, leche y productos lácteos sin pasteurizar o el contacto con gatos infectados si, después del contacto, no se aplican las medidas de higiene.
- Infección por campylobacter: por consumo de agua contaminada, leche y productos lácteos sin pasteurizar, etc.
Cómo evitar infecciones alimentarias durante el embarazo
Para evitar las infecciones alimentarias anteriormente descritas y también otro tipo de infecciones, se sugiere que las embarazadas o las personas que preparan su alimentación, apliquen estas recomendaciones:
- Lavar las verduras y las frutas a fondo y evitar aquellas que no se hayan pelado o lavado previamente, incluyendo ensaladas embolsadas y las consumidas fuera de casa.
- Cocinar bien toda la carne, incluyendo el centro del alimento, y evitar carne cruda o poco hecha como carpaccios.
- Evitar pescado crudo (tipo sushi, sashimi, ceviche…), pescado ahumado refrigerado o marinado, así como ostras, almejas o mejillones crudos. El pescado correctamente cocido sí se puede consumir.
- No consumir sándwiches envasados y otros alimentos preparados que contengan vegetales, huevo, carne, embutidos, pescado y derivados.
- Cocinar los huevos en su totalidad, de modo que tanto la clara como la yema queden sólidos y evitar preparaciones elaboradas con huevo crudo como salsas y mayonesas caseras, mousses, merengues, tiramisú, helados caseros, ponches de huevo, etc.
- No consumir patés refrigerados, ni leche cruda ni quesos frescos o de pasta blanda como Brie, Camembert, Mozzarella y quesos azules, si en la etiqueta no dice que estén elaborados con leche pasteurizada.
- Quitar la corteza de todos los quesos.
- Eliminar las sobras de las comidas. En caso que no sea posible, recalentar las comidas superando los 75ºC
- Verificar la fecha de caducidad de todos los productos envasados.
- Evitar el consumo de productos cárnicos curados como chorizo, salchichón, jamón curado, etc. si no se está inmunizada a la toxoplasmosis.
- Evitar el consumo de grandes peces como el pez espada, el tiburón, el atún rojo o el lucio por su alto contenido en mercurio
Otras recomendaciones habituales
Además de estas recomendaciones, tampoco hay que olvidar las recomendaciones habituales. Lavarse las manos a fondo antes de manipular alimentos o después de manipular cualquier producto sucio como pañales, es una medida de higiene básica que deberíamos seguir siempre. Otro «básico» de la higiene sería intentar mantener las superficies y los utensilios de cocina bien limpios, en especial después de manipular alimentos crudos. También es importante guardar los alimentos cocinados en la nevera, en el menor tiempo posible y en recipientes cerrados y separados de los alimentos crudos o tener la costumbre de verificar que la nevera se mantiene en la temperatura correcta (unos 5ºC) .
Fuente: dietistasnutricionistas.es