Adelgazar es una cuestión de salud. En primera instancia., muchas personas piensan en lo estético, en el traje de baño que deben lucir en las vacaciones que se aproximan y la salud, queda atrás sin pensar que es lo esencial para tener una mejor calidad de vida y no caer en otras enfermedades que se asocian a la obesidad y al exceso de peso. Por eso, hay dietas que se recomiendan otras que no. Lee con atención y comienza a penar en salud y en consecuencia tu estética se verá favorecida.
1) Dieta Mediterránea
Muchos profesionales consideran que la Dieta Mediterránea es la mejor opción. Sin embargo, para mi habría que remarcar que los hidratos de carbono por más que sean complejos cuando son industrializados como el pan son un problema para las personas adictas a las harinas y juega en contra.
Un informe proveniente de una revista de Whashinton, relata que la mayoría de los habitantes de los países mediterráneos suelen vivir más que los estadounidenses y sufren menos enfermedades como el cáncer o problemas del corazón.
Una de las causas es un estilo de vida activo, el control de peso y una alimentación baja en carnes rojas, azúcar y grasas saturadas y alta en vegetales, nueces y otros alimentos saludables.
También aseguran que ofrece muchos beneficios para la salud, por ejemplo en la pérdida de peso, mejora la función cardíaca y cerebral y previene enfermedades como cáncer y diabetes, entre otros.
Esta dieta prioriza el consumo de frutas, verduras, granos integrales, legumbres, nueces, aceite de oliva y hierbas y especias; pescado y marisco varias veces a la semana; y aves de corral, huevos, queso y yogur con moderación.
Limita el consumo de dulces y carnes rojas para ocasiones especiales y promueve la actividad física diaria.
2) Dieta DASH
La promueve el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, suele adoptarse para frenar la hipertensión.
Recomienda la ingesta de frutas, verduras, granos integrales, proteínas magras y lácteos bajos en grasa, alimentos ricos en nutrientes que reducen la presión arterial.
No recomiendan consumir alimentos con un alto contenido en grasas saturadas, como las carnes y los productos lácteos grasos y los aceites tropicales, ni tampoco bebidas y dulces azucarados.
Piensan en el seguimiento a largo plazo, ya que la propuesta está orientada a seguir una alimentación equilibrada.
¿Cuál es su funcionamiento?
Aquellos que siguen los lineamientos de la dieta DASH, no los obliga a realizar cambios drásticos.
La U.S News & World Report aconseja que empecemos con pequeñas acciones como:
> Agregar una porción de vegetales o frutas a cada comida.
> Introducir dos o más comidas sin carne cada semana.
> Usar hierbas y especias para hacer la comida más sabrosa sin la sal.
> Comer almendras o nueces en lugar de una bolsa de papas fritas.
> Cambiar la harina blanca por la harina de trigo integral cuando sea posible.
> Caminar 15 minutos después del almuerzo o la cena (o ambos).
3) La dieta flexitariana
La dieta flexitariana promueve el consumo de granos enteros, frutas, verduras y proteínas de origen vegetal. Permite ocasionalmente consumir carne o pescado.
No es necesario que excluyan la carne por completo para experimentar los beneficios asociados al vegetarianismo. Ayuda a perder peso, mejora la salud, disminuir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer y aumentar nuestra esperanza de vida.
Se deben agregar 5 grupos de alimentos a la alimentación diaria: las proteínas no cárnicas, frutas y verduras, granos enteros, lácteos y especias.
Lo que se aconseja es que se adapte la alimentación al ritmo de vida personal para conseguir mejores resultados.
¿Cuáles son las peores dietas a seguir?
La dieta Dukan y la Keto
La dieta Dukan y la Keto, ambas dietas cetogénicas. En estas dietas, las grasas son la fuente principal de energía – pueden llegar a aportar un 90% y proponen una disminución excesiva de hidratos de carbono.
Pero cabe decir que este tipo de dietas cetogénicas están apoyadas por la evidencia científica de determinadas enfermedades por ejemplo en ciertas epilepsias, donde se ha comprobado que su seguimiento mejora la calidad de vida de los enfermos.
Fuente: La Vanguardia