El ajo es un ingrediente saludable que no solo se emplea para dar sabor a multitud de platos, sino que también es protagonista de diversos remedios caseros que sugieren comerlo crudo y en ayunas, con limón, aceite de oliva, leche; aunque tiene beneficios para el cuerpo y es sabroso, no es un alimento apto para todas las personas y mucho menos en exceso.
El consumo excesivo de ajo puede tener efectos secundarios:
- Olor corporal desagradable y mal aliento: luego de comer demasiado ajo crudo es posible que comiences a transpirar ese olor.
- Malestar estomacal o diarrea: debido a su alto contenido en fructanos, causante de hinchazón, gases y dolor de estómago en algunas personas.
¿Cuándo no se debe comer el ajo?
- Personas alérgicas al ajo
La alergia al ajo no es muy frecuente, pero si lo eres puedes presentar síntomas sin importar si es crudo o cocido; y se produce cuando el sistema inmune identifica por error a este ingrediente como nocivo y crea anticuerpos para combatirlo.
- Inhalar, tocar o ingerir ajo: puede ocasionar reacciones como inflamación de la piel o urticaria, hormigueo en la boca, congestión nasal y picor de nariz, estornudos, lagrimeo en los ojos, dificultad para respirar, náuseas, vómitos, diarrea.
- Personas intolerantes al ajo: presenta reacciones adversas al ingerirlo, lo cual no es causado por el sistema inmunitario.
Esto es más frecuente que la alergia, y puede provocar indigestión, ardor de estómago o gases.
- Personas con problemas en la coagulación: o sangrado, pueden ser un impedimento ya que el ajo contiene anticoagulantes que puede ser peligroso para la salud.
- Personas con reflujo gastroesofágico: también aquellos que tienen gastritis, otras afecciones gástricas, ya que puede causarles acidez estomacal e irritar el tracto digestivo.
- Diabéticos: por cierto, es beneficioso, pero únicamente bajo prescripción del nutricionista. El ajo tiene efectos hipoglucemiantes, y cuando la persona está medicada puede disminuir mucho los niveles de glucemia.
- Personas que fueron o que van a ser intervenidas quirúrgicamente de manera reciente: el consumo de ajo, podría afectar la pronta recuperación.
- Medicamentos: el ajo podría interactuar con medicamentos utilizados para tratar infecciones causadas por el virus VIH, que hace que disminuya la eficacia de la droga.
- Durante el embarazo y la lactancia: el ajo podrá consumirse moderadamente, no en preparados como las cápsulas de ajo y demás formas medicinales”, pero, en todos los casos, consultar con un licenciado en nutrición.