Cuando se trata de alimentación, la cantidad de información disponible puede ser abrumadora, y no toda es correcta. Estos mitos comunes sobre la nutrición pueden llevarnos a tomar decisiones equivocadas. A continuación, se detallan 4 de ellos basados en estudios científicos para ayudarte a elegir mejor y priorizar tu bienestar.
En el mundo de la nutrición, abundan las creencias que, aunque populares, carecen de respaldo científico y pueden llevar a decisiones poco saludables. Estos mitos suelen perpetuarse a lo largo del tiempo, generando confusión y malos hábitos alimentarios. En esta nota, desmitificamos cuatro de los mitos más comunes, basándonos en la ciencia, para que puedas cuidar tu salud de manera informada y consciente.
Mito 1: “Comer de noche engorda”
Uno de los mitos más extendidos es que comer en la noche contribuye al aumento de peso. Sin embargo, no es el horario lo que importa, sino la calidad y la cantidad de los alimentos que consumes.
Un estudio de Obesity Reviews (2019) señala que el aumento de peso está más relacionado con el tipo y la cantidad de alimentos consumidos a lo largo del día que con el momento en que se ingieren. Sin embargo, cenar tarde podría interferir en la digestión y el sueño, afectando de manera indirecta tu salud metabólica.
Conclusión: La clave es optar por cenas livianas, con nutrientes de calidad que promuevan una buena digestión y descanso, como vegetales cocidos, proteínas magras y grasas saludables.
Mito 2: “Los carbohidratos son enemigos de la dieta”
Los carbohidratos han sido injustamente catalogados como responsables del aumento de peso. En realidad, los carbohidratos son esenciales, pero su impacto depende de su tipo y calidad.
Un estudio en The Lancet (2018) indica que una ingesta equilibrada de carbohidratos complejos, como granos integrales, legumbres y vegetales, puede mejorar la salud y la longevidad. Estos carbohidratos aportan fibra, saciedad y energía sostenida, mientras que los refinados, como las harinas blancas, sí deberían limitarse.
Conclusión: Integra carbohidratos integrales y ricos en fibra en tu dieta. Evita los procesados y ultraprocesados para mantener un estilo de vida saludable.
Mito 3: “El azúcar morena es más saludable que la blanca”
Es común creer que el azúcar morena es mejor para la salud debido a su apariencia más “natural”. Sin embargo, las diferencias nutricionales entre ambas son mínimas.
Según el Journal of Food Science (2020), el azúcar morena contiene trazas de minerales por la melaza que la compone, pero estas cantidades son insignificantes y no representan un beneficio real para la salud.
Conclusión: Más allá del tipo de azúcar, lo importante es reducir su consumo en general, ya que el exceso se relaciona con enfermedades como la obesidad y la diabetes.
Mito 4: “Los jugos naturales son la opción más saludable”
Aunque los jugos naturales parecen ser saludables, suelen carecer de la fibra presente en la fruta entera y pueden ser una fuente concentrada de azúcares naturales. Esto puede provocar picos de glucosa en sangre.
Un estudio de BMJ (2019) destaca que un consumo elevado de bebidas azucaradas, incluidos los jugos, aumenta el riesgo de obesidad y diabetes tipo 2. En contraste, consumir frutas enteras ayuda a regular el azúcar en sangre y mejora la digestión.
Conclusión: Prioriza las frutas enteras en lugar de los jugos para aprovechar sus beneficios completos, incluyendo la fibra y la saciedad.
¿Cómo evitar caer en estos mitos?
- Infórmate de fuentes confiables. Busca estudios respaldados por evidencia científica.
- Personaliza tu alimentación. Cada cuerpo es único, por lo que es fundamental consultar con un profesional de la salud antes de hacer cambios significativos en tu dieta.
¿Habías creído en alguno de estos mitos?
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